¡AL FIN LLEGÓ TAMARA! - Relatos Eróticos

¡AL FIN LLEGÓ TAMARA!

... que hagamos? – Se la sacó de la boca y se paró a besarme. - ¡Hago todo lo que quieras! 
	Mientras hablamos nos denudamos. ¡Cuerpazo soberbio a pesar de lo pequeña!  
-Acostate boca arriba, con la cabeza colgando de la cama. - Lo hizo y dejó caer su cabeza con la boca bien abierta. Sabía lo que se venía. 
Le metí toda la pija en la boca, hasta la garganta. Ahora “manejaba” yo. Sentí como mis huevos chocaban con su pera. Se la saqué y volví a meterla en la boca. Así, infinitas veces. ¡Una genial cogida de boca! Le indiqué que se ponga a lo largo de la cama. Nos besamos durante un largo rato, hasta que comencé a bajar, por sus tetas, sus pezones, lamí el sudor bajo los globos, fui al ombligo, el vientre, el monte de venus, con muy suave vello, antes de llegar a la entre pierna. Las recogió y fui a sus muslos. Mucha lengua y besos. Me centré en la concha. ¡No la había visto hasta ese momento! Labios externos, gorditos y sabrosos. Con dos dedos los separé, y fui al arrugadito y húmedo interior. Con la lengua busqué el orificio y la introduje todo lo posible. Ella temblaba y suspiraba. Reemplacé mi lengua por dos dedos, buscando el punto G, y lamí el clítoris. Se descapulló inmediatamente. Tami se estremecía. No tardó mucho en levantar las piernas y ponerme el culo a disposición. Gemía de placer.
-¡Papito! ¡Lo tengo bien limpito! ¡Todo para vos! – Movía el culo hacia un lado y hacia el otro. Le sostuve las piernas y fui desde el ano a la concha, una y otra vez. Siguió ...

... respirando agitada y gimiendo. - ¡Ay Dani! ¡Qué rico lo hacés!
-Tenés todo sabroso y aromático, amorcito. ¡Y esos juguitos! 
-¡Me gusta mucho! – Tami levantó las caderas. ¡El orgasmo era inminente!
	¡Litros de fluidos se acumularon en mi boca! Chupé todo lo que pude.
	Seguí teniendo sus piernas en alto. Como estaba tan dispuesta, no lo dudé. Fui directo al ano. Tomé el gel de la mesita de luz y le unté bien el culo y mi pija. Apunté con el glande y empujé. La cabeza entró sin dificultad. Tami tiene muy buen entrenamiento, chiquita pero cumplidora. El esfínter se dilató. Lanzó un gemido de placer. Tomado de sus bellísimas piernas, seguí empujando. Con cuatro o cinco centímetros de pija adentro, la sacaba y metía lentamente. Ella gemía suavemente. 
-¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Sí! ¡Sí! ¡Así papito! – Tami tenía los ojos en blanco, la boca entreabierta.
	Yo entraba más y más, lentamente. Tenía media pija adentro, siempre despacito, para que la sienta bien, entrando. 
-¡Qué rico es, papito! – Respiraba agitadamente. - ¡Así, despacito! ¡Cómo te siento!
-¿Te gusta? – Tami me miró a los ojos. 
-¡Me encanta! – Con sus manos acarició mi pecho. - ¡Dani, mi amor! ¡Nunca cogí tan lindo!
Levantaba y bajaba las caderas, acompañando mi ritmo. Se apoyó con las manos en la cama. Movía su cuerpo contra mí. Recogí sus piernas hacia sus tetas. Las tomó con ambas manos. Al tener mis manos libres me dediqué a acariciar los globos y sus pezones. Nos sonreímos mutuamente. Empujé hasta el fondo, hasta sentir ...