LAS TRES GRACIAS 2 - Relatos Eróticos

LAS TRES GRACIAS 2

... sobre todo de mí…
-Bueno, ella nos ha visto…, en otras oportunidades… - Clara adelantaba hasta dónde sabía la nena.
-¿Y probó? – Quiero saber hasta dónde llegaba su “conocimiento”.
-Solamente algunas chupaditas…, a nosotras…, también algunos amigos, pero poco, muy poco. Siempre quise que debutara con alguien que la haga sentir feliz, sin dolor…, y apareciste vos… Creo que sos el indicado. Me lo dijo Dalia…
-Bueno, entonces que mire y aprenda. – Quiero que se le vaya el miedo.
 -Bueno, si quiere. – Carla aceptó mi sugerencia. - Angelita, tesoro… ¿querés venir con mamá y Feli?
-¡Me gustaría mucho!
-Entonces no hay nada más que hablar. ¡Vamos! – Carla se decidió
Me levanté, pasé la mano bajo la pollerita de Ángela, y la tomé de la colita, apretando los glúteos. La acurruqué contra mi pecho. La nena sonrió complacida. ¡Es preciosa! Sus ojos y su sonrisa dicen mucho más que su cuerpo, aunque, sin duda, su culito es precioso. Mamá y Felisa me tomaron de la cintura, una mano cada una. Las otras se posaron sobre la carpa de mi pantalón. 
-¿Viste nena? ¡Cómo la tiene Dani! – Felisa estaba interesaba en la opinión de Ángela.
-Si, lo vi. Mamá me dijo como se pondría cuando me viera. ¡Jajaja! Me gusta cómo me agarró. Me gusta mucho. – Ángela tiene una clara opinión. El recorrido fue muy corto. No tuve tiempo de meterle un dedo, aunque le acaricié el hoyito. Levantó la cabeza y me besó la pera. 
Fuimos al dormitorio. ¡Una bruta cama! ¡Para cuatro, por lo menos! 
Deposité a la ...

... nena en el sillón. Mostró cierta tristeza por mi gesto. Le sonreí, como diciendo “ya llegará”. Desnudé a ambas mujeres, sobando, acariciando, besando, todo, todo, incluso culos y conchas. Miré a Ángela de soslayo. Miraba atentamente. 
Ellas me desnudaron a mí, compartiendo las mamadas.
-¿Y yo? ¿Me desnudo? – Ángela pregunta inquieta.
-No tesoro. Luego te desnudo yo. Es más rico. Ya verás. - Le contesté, mientras su mamá y hermana mamaban. Ella miraba atentamente. - Fijate bien como lo hacen mamá y Felisa… 
-Si, si, me fijo. Pero no sé si me va entrar en la boca.
-Esto también te lo enseñará Dani. – Felisa alentaba a la hermanita. 
Hice acostar a ambas en el borde de la cama, lo clásico. Me arrodillé a chupar. -  Mamá y Felisa se besaban ardientemente, y se amasaban las tetas. Felisa levantó sus piernas sobre mis hombros. ¡Se adelantó a la mamá! Me erguí y la apoyé sobre la concha. Me la agarré con la mano y le acaricié clítoris, labios, perineo y ano. A Carla le metí dos dedos para acariciarle el punto G. La nena se levantó y vino a nuestro lado. Miraba atentamente.
-¿Es rico eso Felisa?
-Siii… tesoro. ¡Es riquísimo! – La hermana mayor hablaba mientras mi pija horadaba su concha. Llegué al fondo y comencé el bombeo. Felisa me acompañaba con sus caderas. – Fi…jate bien… ¡aaahh! Cuando la tengás… dentro… movete así… ¡aaahh! ¡Aayaayaay aaahhhh! - Felisa acabó, derramando sobre mis muslos. Se la saqué, dura todavía, y me hinqué a chupar. 
-Es rico el juguito de Feli. Yo ...