LAS TRES GRACIAS 3 - Relatos Eróticos

LAS TRES GRACIAS 3

Cena prolífica y tranquila. La nena no intervenía demasiado en la conversación de adultos…, hasta que fuimos al sexo… 
-Tesoro, mi amor. ¿Te gustó lo que hiciste con Dani? – Carla, muy dulcemente, preguntó.
-¡Sííí! ¡Un montón! ¡Me gustó mucho! Papi es muy cariñoso, dulce, me llena de besos… 
-¿Viste? Te lo dijimos… - Felisa lo confirmaba.
-Si, muy rico todo… Ustedes tienen suerte. Dani te lo hizo muchas veces.
-Bueee…, no tanto nena, no tanto. Me gustaría más. - Felisa sonreía y me miraba.
-Y conmigo… - Ángela insistía. 
-Mucho, también mucho más, sin duda. – Carla no quiere quedar afuera. ¡Sus hijas no son sólo para mí! – Si mi amor. Ahora vamos a dormir un poquito…
-¡No! ¿Por qué? ¿Y mi culito? Yo quiero que me la meta bien, bien adentro, como vi que lo hacía con ustedes. ¡Así lo quiero! ¡Bien adentro! – La nena está dispuesta a entregar todo el culito.
-Si tesoro, pero ahora Dani dormirá un poquito, para “recuperarse”. – Carla me salvaba. – No te olvidés que los hombres no tienen siempre los huevitos llenos de lechita. Él ya la gastó con vos cuando te la dejó en la conchita. Para que te llene el culito tiene que volver a tener mucho, mucho, como te gusta…
-¡Yo le chupé los huevitos! ¿No se hace más lechita cuándo lo chupo?
-No mi amor. Se hace luego de descansar algún tiempo. – Yo le aclaraba mientras la acariciaba. – Así tengo bastante para llenarte el culito…
-¡Pero yo la quiero en la boca! ¡La quiero tragar! ¡Ustedes me dijeron que es rica! – La nena seguía ...

... protestando. – ¡En el culito quiero tu palote!
-¡Claro que es rica! Cuando papito se despierte vos serás la primera, ya vas a ver.
-Yo te la doy dónde vos quieras, mi amor. - La tomé en mis brazos y la besé. La llené de besos en todo el cuerpo. La levanté hasta mi boca y le besé la conchita. Carla y Felisa reían felices.
-Bueee…, si no hay más remedio… - Ángela se convenció cuando sintió mi lengua dentro suyo.
-¿Ves cómo te quiere papito? – Felisa me apoyaba.
-Aaahh, bueno, pero quiero que me la meta… - La nena no quiere que alguien tenga dudas.
	Por suerte, Felisa me ofreció su cama. Manera de estar solo y tranquilo. Fui a su habitación, que compartía con su hermanita, y me acosté. Supongo que habrán retenido a la nena…

No sé si habría otra oportunidad	con Angelita, así que trataríamos hacer de todo un poco. Cuando nos quedamos solos, en la habitación de Carla, con la gran cama de escenario, yo ya tenía la pija totalmente al palo. No pensaba llevarla a hacer algo que ella no quisiera, pero sí alentarla para algunos jueguitos, a menos que antes se le ocurriera a ella, dado que era una nena muy imaginativa. Así que lo primero fue, obvio, que parada frente a mí se llevara la pija a la boca y masturbara al tiempo de mamar. Como la pija no entraba toda, había lugar para sus manitas. 
-¡Que rico lo hacés! Pero la acabada va a ser al final, luego de jugar en todos tus agujeritos.
-¡Sí, sí! ¡Eso quiero papito! ¡En todos, en todos!
No necesita arrodillarse. Con agachar un ...