Escort, por primera vez - Relatos Eróticos

Escort, por primera vez

... quieres..."
Me miraba el paquete y se relamía. Yo estaba cada vez más nervioso.
- "Vale, pues... Vamos !"
Di la vuelta al coche y abrí la puerta. Me senté dentro de aquel cochazo; nunca había estado en un vehículo como aquel, tan lujoso. Era una maravilla, grande, espacioso, con un aspecto estupendo.

El hombre puso el coche en marcha y nos fuimos de la zona del parque. Tomamos el Paseo de la Reforma y el tío condujo hacia las afueras del centro, y no tardando mucho aparcó el FORD en una zona con arboles. Entonces me dijo :
- "Cuanto cobras ?"
Mi respuesta lo hice sonreír. Sacó la cartera y me dio dos billetes.
- "Es que no tengo cambio..."
- "No te preocupes, quédatelo."

Me sonrió de nuevo y me puso la mano sobre la bragueta. La verdad, con los nervios del momento y la excitación de la situación, ya tenía la polla morcillona. El tío me masajeó un poco el paquete sobre los vaqueros. Mi miembro se ponía siempre más duro.
- "Veo que estás poniéndote a tono... eh ?"
Yo asentí casi sin saber que hacer.
- "No te he visto antes por el Jardín..."
- "Es que... es la primera vez que vengo."
El hombre sonrió de nuevo.
- "Un chico.. virgen... mmm..."
Y se relamió los labios de una forma que hizo que la polla se me pusiera más dura.
- "Vaya... parece que te gusta lo que te hago... verdad?", me dijo mientras notaba con su mano como mi verga se erectaba más.
Yo sonreía. La verdad, no sabía cómo actuar.

Él lo hizo por mi. Me desabrochó el botón de los vaqueros, me ...

... bajó la cremallera y rebuscó en mis boxers. Enseguida sacó mi pene que ya estaba durísimo y rezumante de precum. Tengo que reconocer que estoy bastante bien servido, una polla de 19 cm, con un capullo grande y gordo.
- "Que cosa más rica ! ..."
Entonces bajó su cabeza hasta mi pelvis y, cosa rara, noté como empezaba a olerme el pene y los testículos.
- "Oiga... que me he lavado antes de venir."
- "No guapo... no te preocupes... es que me encanta este olor a macho joven !..."

Y entonces sacó la lengua y me dio un lengüentazo sobre el glande. Aquello fue como una descarga eléctrica. Si quedaba algo en mi polla por ponerse dura, aquella lengua sobre mi capullo hizo que se terminara de poner como el cemento. El hombre me cogió la verga con la mano y se la metió en la boca. No era la primera polla que se comía, estaba claro. Lo hacía con maestría, metiéndosela entera hasta adentro, sacándosela y lamiendo los lados del tronco. Después se dedicó a chuparme los huevos, lo que me pareció muy excitante, era volver a subir hasta mi glande y redoblar sus esfuerzos. Yo estaba muy excitado, pero soy bastante demorado para correrme. Sin embargo, el tío empezó a lamerme con la punta de la lengua justo debajo el glande en la zona más sensible del pene. Y a la vez comenzó a hacerme una paja con dos dedos. Me restregaba su lengua por todo mi capullo. Veía con satisfacción como le gustaba saborear mi miembro... pero sentí que me iba a empezar el cosquilleo de la corrida... Lo advertí :
- ...