EMPRESA DE FESTEJO - Relatos Eróticos

EMPRESA DE FESTEJO

Y así terminó el domingo, no sé bien por qué. Cuando el lunes fui a la obra, me encontré con una sorpresa, no sé si elaborada o pura casualidad. Estaban… unas siete personas…, si, siete, cinco varones y dos mujeres, preparados para recorrer la obra. El jefe de obra, titular de la empresa constructora, me presentó como el ingeniero calculista e inspector de la obra estructural, “quien se había instalado permanentemente en la localidad a fin de tener control de primerísima mano”. En fin…, un gil héroe, más o menos. Y esa fue mi tarea: durante toda la mañana explicando, de forma que entiendan, como estaba pensada y construida la estructura de lo que posteriormente sería una fábrica de aceite.
Los visitantes son los directivos, con el CEO a la cabeza, de la empresa dueña de la fábrica, o sea la contratista de todos nosotros, en forma directa o indirecta. 
Todo en orden, ninguna queja ni crítica. Por lo menos hasta ahora estamos bien. La cosa se puso más “interesante” en el momento que se retiraban- La señorita que acompañaba al CEO, y quien, supuestamente, es la secretaria, se acercó a mí, como a los otros ingenieros y profesionales, y nos entregó un sobre, con la mejor sonrisa… “Lo esperamos ingeniero…” ¡Cagamos! ¡Invitación para almuerzo en el club Progreso…, celebrando la óptima marcha de la obra… ¡No hay manera de zafar!
Y allí estuve yo, puntualmente a las 13:00, tal como decía la invitación. Antes había pasado por casa a bañarme y ponerme ropa limpia…, de obra…, pero ...

... limpia.
	Todos habían pasado por el mismo esquema, limpitos y cambiados. Supongo que con anterioridad habrían reservado localizaciones en varios de los hogares que reciben huéspedes, dado que en el pueblo no hay hotel.
Entrábamos de dos o tres, a medida que llegamos, saludando a cada uno con quien nos cruzábamos. Yo no tenía que presentarme, dado que mis tres horas de noticias y comentarios técnicos me habían popularizado bastante.
Seríamos unos 25 comensales. Nos fueron ubicando los empleados del club, en la larga mesa. Por suerte, quedé como a diez metros de la cabecera. Todavía quedaban sillas vacías. A mi derecha, el señor que se presentó como gerente de personal, a mi izquierda, silla por medio vacía, el señor que se identificó como gerente de activación… Bueno, parecen que los miembros de la empresa que habían venido, eran todos gerentes.  Cerca de 20 minutos más tarde entraron el hombre que me habían presentado como el dueño, director general, presidente…, CEO. Y otras cosas por el estilo. Junto a su secretaria, dos personas más…, que no habían ido a la obra. Supongo que fueron los que prepararon el almuerzo, y la señora - más o menos en la cincuentena-, muy bonita, muy arreglada, sin el vaquero ni la camisa de esta mañana, con un vestido de liviana tela, que resaltaba la blancura de su piel, su melena castaño claro, sus hermosos ojos también marrón claro. Y sus magníficas tetas y culo. ¿Si la “secretaria” es la secretaria…, ésta que será?
Uno de los muchachos del ...