EMPRESA DE FESTEJO - Relatos Eróticos

EMPRESA DE FESTEJO

... club se le acercó y la guio hasta la silla vacía que estaba a mi lado. Reaccioné rápido. Me levanté, corrí la silla y la acomodé bajo su culo, para que se sentara. 
-Muchas gracias ingeniero. Es usted muy amable… - Giró la cabeza y sonrió.
-Un placer señora… - De paso relojié su escote… ¡Buenas tetas!
-Mi nombre es Ana Laura, ingeniero… 
-¿Si?
-Si, Ana Laura Tamaro…, y usted no solo es conocido en la obra, por supuesto, y por todos nosotros, dado la estupenda explicación que nos hizo… 
-Nada del otro mundo. Mis colegas también hicieron lo suyo.
-Si, absolutamente brillante, pero…, bueno…, usted es muy conocido en la localidad. Ingeniero…, usted es todo un personaje…
-Pero señora…
-Ana Laura por favor… - Espero que no siga con una conversación sobre la obra.
-Está bien, Ana Laura…, yo soy Daniel…
-Sin duda, sin duda…, Dani para los amigos… y amigas… ¿no?
-Y usted seño… Ana Laura…, es conocida…
-En la empresa sí…, claro…, soy la vicepresidenta y gerente general, especializada en administración…
-¡Caramba! ¡Muchísimo gusto! – Mostré mi asombro ante tantos “títulos”.
-No es para tanto… “Dani”, “mí” fábrica no se hubiera hecho igual sin usted…, creo que no…
-Hay muchos muy buenos colegas…
-Pero yo no lo hubiera conocido… - ¿Cómo viene la mano? ¿Qué le habrán dicho?
Nos habían servido. Nosotros seguíamos hablando y comiendo como si estuviéramos solos. Sin el menor apunte a los vecinos ni de derecha ni de izquierda, ni de frente… ¿Llamaríamos la atención? Aunque ...

... así fuera, no creo que alguien le haría alguna observación, dado que…, bueno…, según parece es la segunda persona en importancia de la empresa… Por suerte…, parece que terminó la conversación sobre obra… y todo eso. 
-Me dijeron que usted se había instalado en el pueblo…, que solamente a veces va a la capital… - Se acercaba cada vez que hablaba, como para que la conversación fuera lo más privada posible.
-Y si…, no estoy tan cerca. Son entre cuatro y cinco horas de viaje, de acuerdo al tránsito…, además la circunvalación de la ciudad hace perder tiempo y nervios, así que preferí no viajar demasiado. Los demás muchachos viven en la ciudad, a 70 km, por lo que pueden ir y venir todos los días.
-Pero…, a usted, la instalación aquí… le ha reportado grandes “beneficios…” - ¿Hay ironía en su afirmación? 
-Bueno, sí… Los vecinos me conocen y me ayudan en todo lo que pueden, los comerciantes también, y me atienden muy bien…, hasta la rotisería me hace la comida que me gusta… Así que…, imagínese.
	La actitud de Ana Laura no solamente es de mucha amabilidad, extraña familiaridad, como si me conociera de toda la vida… No tengo la menor idea de su personalidad. Ante mí, es simpática, agradable, conversadora…, y muy dispuesta a inclinarse hacia mí, luciendo su escote. No creo que lo ignore, con la mejor sonrisa…, lo que me obliga a desviar la vista… 
-¿Sabe Dani? Me dijeron, allí donde nos instalamos, una de las casas de familia que ofrecen alojamiento…
-¿Está alojada?
-Si, poco. A ...