1. EMPRESA DE FESTEJO 3


    Fecha: 06/01/2024, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Ana Laura está acomodada para que se la dé por el culo. ¡Eso le encantaba!
    Me quedé quieto un minuto. Empecé el bombeo. A los pocos movimientos, Ana me acompañó con sus caderas. Le di varios “cariñosos” chirlos. 
    -¡Que rico papito! ¡Dale, empuja con todo! – Seguí unos cuantos minutos más. Quiero que el placer de estar dentro de su culo dure lo máximo… ¡hasta que Ana se estremeció! ¡Tremendo orgasmo!
    	Me quedé quieto unos minutos gozando del latido del recto. Cuando se relajó me retiré y me acosté. Ana Laura se recostó a mi lado.
    -Mamita… ¿dormimos?
    -Si papito, nos hace falta… ¡jajaja! – Nos abrazamos en una cucharita.
    
    	Cuando desperté era noche. Habíamos estado cogiendo con Ana Laura desde las tres de la tarde, más o menos, hasta la siete, creo… ¡Carajo! ¡Cómo pasó el tiempo!
    -Hola papito… ¿despertaste? – Ana giró y me besó.
    -Y…, si tesoro. ¿Hace mucho que despertaste? 
    -No, un ratito… ¡jajaja! ¡Me diste una biaba que me dejó muerta! ¡Sos una locomotora!
    -¡Y vos un acorazado! ¡Hundiste todas las naves de mis tripas! – Sobamos nuestros cuerpos mientras las lenguas luchaban en erótica batalla. - ¡Nena, tenemos que cenar! ¿Te parece?
    -Me parece bien… Será un placer… ¡Me hiciste digerir todo lo del mediodía! ¡Jajaja!
    -Llamó a la rotisería. ¿Qué querés? 
    -Lo que sea, mi amor. – Los besos y caricias no tienen paréntesis. - Lo que te guste, y sea rápido y liviano…
    -Bien, llamo… – En eso vi el reloj que tengo en la mesita. - ¡Uy, la mierda! ¡Son las once! ¡Está ...
    ... cerrado!  
    -No importa. Hago algo. ¿Tensé arroz o fideos? O cualquier cosa que se pueda comer…
    -Sí, fíjate. Lo que quieras… 
    Ana Laura se levantó. Fue al baño, se duchó y fue a la cocina. Luego lo hice yo, de igual manera. Anita buscó en las alacenas. La guie hasta que llegó a lo que quería. Tomó fideos y salsas, cacerola, sartén… y los complementos necesarios. Le indiqué la ubicación de los condimentos. 
    -¿Te ayudo en algo? ¿Querés algo más?
    -¡El cocinero merece un vaso de vino! – Anita se reía feliz, moviendo su fabuloso culo. Vale aclarar que, tal cual salió de la cama, así seguía. Yo miraba arrobado. Le serví el vino, para mí también. Fui a su lado, apoyándome contra sus nalgas. Acomodé la pija entre los glúteos. 
    -¡No seas maldito! ¡Me harás arruinar la salsa! – Giró la cabeza y me besó.
    -¡Brindemos! – Chocamos las copas y bebimos. Me moví acomodándome mejor. – Mejorarías mucho la salsa si le pusieras tus propios flujos…
    -¡Y tu esperma! – Volvió a besarme. - ¡Papito! ¡Dejame hacer bien las cosas! 
    -¡Si! ¡Perdón! ¡Te miro, pero no te molesto! – La solté y me alejé hasta la silla más cerca. – Pero…, por favor… ¡no cachetees demasiado! ¡Sino te lo muerdo! ¡Jajaja!
    	No molesté más. Me dediqué a mirar y admirar. Ana Laura iba de aquí para allá. Me preguntaba por algo que quisiera, algún cacharro o cubierto…, etc. En 20 minutos preparó todo y puso a cocinar. En el ínterin, al verla con tanta gracia y belleza, me había puesto al palo nuevamente. 
    -Mi amor, ¿vienes a ...
«1234...»