1. EMPRESA DE FESTEJO 3


    Fecha: 06/01/2024, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... sentarte conmigo…, y terminamos la copa de vino…? – Mi intención es tenerla cerca para acariciar y besar. 
    -Voy a poner la mesa, tesoro. – No es que se negara. Sonreía y me lanzaba besitos con sus labios. – Ayudame y terminamos pronto.
    	No me pude negar. En dos minutos estaban platos, cubiertos, copas, pan, bebidas y servilletas.
    -Bueno, listo, vení conmigo…
    -Papito…, no quiero que se queme nada… ¡Sé lo que pasa! ¡Estamos juntos y se quema la casa! ¡No me puedo resistir! ¡Jajaja! 
    	No me podía quedar sentado. Fui con ella, no para molestarla. Ayude con cacerolas, condimentos, todo. Nos damos suaves y tiernos besitos…, con las manos quietas. ¡Ana Laura sería ama de casa ideal! ¡Además de coger como las diosas!
    Me hizo acordar de mi esposa. ¡Totalmente perfecta!
    	Cerca de la medianoche teníamos la cena. ¡Riquísimo los espaguetis! 
    -Y… ahora… ¿La fruta la comemos con estilo…? – Estábamos enfrentados en la mesa. 
    -¿Qué es eso? – Ana me miró extrañada. Fui al refrigerador y saqué fruta variada, las ideales para refrescar…
    -Pues… con estilo es… que vengas a mi falda… - Me reí y le hice las señas sobre mis piernas…
    -¡Jajaja! ¡No te perdés ni una! – Vino hacia mí…, y se montó enfrentándome. Sus tetas fueron las primeras peras que me comí. Ana Laura entendió perfectamente. Metió mano entre las piernas y llevó la erecta pija a la concha. Se sentó muy “cómodamente”. Nos pasamos duraznos y ciruelas y las mordisqueamos, intercambiando frutas y sabores, junto con los de la ...
    ... lengua.
    -¿Qué tal? ¿Te gusta la fruta?
    -¡Muchísimo! ¡En especial la “banana”! – Anita se reía, se movía hacia atrás, hacia adelante y en círculos, sin dejar de intercambiar duraznos y ciruelas. - ¡Ay papito! ¡Está todo tan rico!
    	Yo lamía sus pezones, le metía dedos en el culo, los llevaba a mi boca, compartía los sabores con la magnífica hembra, intercambiábamos sabores que ella traía con sus dedos desde la concha mientras cabalgaba… No hay desperdicio…
    -¡Ya! ¡Ya! ¡Me viene! – Sentí como se derramaba en mi ingle y en mis muslos. La pegajosa tibieza es magnífica. 
    -Párate en la silla, nena. – Ella lo sabía. Su concha quedó inmediatamente a la altura de mi boca. Fui con labios y lengua a su deliciosa mucosa. ¡El postre de los dioses!
    	Yo chupaba y chupaba. Ana Laura reía y reía.
    - ¡Papito! ¡Lo haces tan rico! Vamos a la mesada. Quiero que me la metás como si estuviera haciendo la comida. Antes no quise porque no quería que se me quemara la salsa…, pero ahora ya comimos… ¡Ah! ¡Y el culito lo dejamos para un par de horas! ¡Jajaja! ¡Hay que cuidar la salubridad!
    	Se bajó y me levanté. Tomados de la mano fuimos al otro lado de la mesa. Ella se apoyó frente a la mesada, parando bien el culo.
    -¡No te olvidés papito! Por ahora en el culo no… - Yo me agaché. No metería la pija, pero no me iba a impedir meter la lengua. Todavía no había hecho la digestión. ¡Siempre está exquisito! Besos, lamidas y chupadas…, desde el ano al clítoris. - ¡Dale, enterrámela! ¡Y llename la concha!
    	Se ...
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