EL PROFESOR ADECUADO - Relatos Eróticos

EL PROFESOR ADECUADO

... recuerdo…
-Mis amores…, desde el punto de vista “estético…”, no tengo problemas…, pero…, me pueden meter preso… ¡ustedes son menores!
-¡No se le verá la cara profe!
-¡Sí! ¡Sólo filmaremos cuando usted nos la mete…, y… nosotras se la chupamos…  
-¿Y nadie reconocerá mi pija? – Me reía por la inquietud de las nenas.
-Y…, no…, no sé… ¡Qué sé yo!
-Pero nos gustaría mucho…
-Está bien, pero luego lo veo…
-Si profe. Lo que usted quiera. – Eloísa me alcanzó un celu. – Filme usted primero.
-No soy muy bueno de cineasta…
-No importa. Luego lo editamos.
	Las chicas comenzaron el show. Yo… “Visconti…” Traté de que fuera en foco, por lo menos. Son tan sensuales al moverse, que no necesité demasiado para tenerla al palo. Robando segundos a la “filmación” me desnudé y me senté en el borde de la cama. Una buena paja, mientras las nenas se desnudan y yo filmaba. Hice un par de tomas “artísticas” de mi pija, con voluptuosas sacudidas. ¡Jajaja! Se miran en los espejos. Bien lujurioso. Tomas “eróticas”. Las nenas están súper calientes, sin duda. Los espejos tienen ese efecto. 
Yo alabo la belleza de las nenas, mientras “bailan”, sin la menor duda. La cintura, las caderas, el culo, las piernas…, hasta las pequeñas tetitas son hermosas. Unos conos perfectos, de rosadas areolas y duros pezones. 
-Siéntense acá. - Me levanté y les dejé lugar. No hubo necesidad de decirles nada.
Abrieron las piernas y mi cabeza fue en primer lugar a Eloísa.
-Ahora no filmes. – Se lo aclaré a Rebeca. ...

... Le puse los dedos en la boca. Los ensalivó y los llevé a su concha, para humedecerla, mientras mi lengua ensalivaba la conchita de Eloísa. ¡Tal como dije súper calientes! La nena no tardó nada. En dos minutos me llenó la boca de flujo, con exquisito sabor a frutillas. No sé por qué, pero así era. ¡Mi imaginación!
Mis dedos seguían horadando a Rebeca, para que no se sintiera abandonada. Eso sí, Eloísa lo filmó. Ambas se recostaron en la cama. Eloísa apretaba mi cabeza contra ella. Rebeca apretaba mi mano contra su concha. Cambié de lugar luego del orgasmo. El turno de Rebeca. No llegó al minuto. ¡El brutal orgasmo casi me ahoga! ¡Mamita! ¡Lo que es esta nena! Tal como suponía, ambas tenían colocado el plug que le había prestado Felisa. Una buena dilatación.
Esperé varios minutos para que las nenas regularizaran la respiración y se colocaran en cuatro, en el borde.
Les retiré con suavidad y cuidado el plug, y fui con la lengua a esos hermosos orificios. Bien adentro, sin problemas. ¡Les palpitaba el ano! Las unté con el gel lubricante. Empecé por Rebeca…, y los dedos en el culo de Eloísa. La preparación a la que las sometió Felisa fue genial. El glande no tuvo ningún problema para penetrar. A partir de este momento, las nenas se alternaban el celu para filmar. Mientras no apareciera mi cabeza – la del cuerpo digo -, todo estaba en cámara. 
Ambas pispiaban hacia uno de los espejos que reflejaba perfectamente la cogida. Rebeca se estremecía y me aprisionaba con el recto. Todo ...