EL PROFESOR ADECUADO - Relatos Eróticos

EL PROFESOR ADECUADO

... en buena marcha.
-¡Ooohhhh síííí! ¡Te sientooo! ¡Profe! ¡Qué linda la siento adentro! – Rebeca acomodaba el culo para una mejor penetración. 
-Poquito a poco, mi amor. - Estaba con media pija dentro del culo. Tres dedos dentro del ano de Eloísa. Todo perfecto… ¡hasta el fondo!
-¡Síííí! ¡Así! – Rebeca movilizó todo el culo. Clavó sus manos en las sábanas. Aguantó el empellón. La dejé dentro unos minutos y comencé un suave mete y saca. Besaba su espalda, su cuello, acariciaba las tetitas, pasaba la mano por el clítoris… 
-¡Aaahhh! ¡Aaaahhh! ¡Acaboooo! - Se estremeció, tembló, palpitó hasta las pestañas y descargó nuevo orgasmo. 
Se desplomó sobre la cama. 
-¡Profeeee! ¡Qué lindo! ¡Cómo me gustó! ¡Qué rico! – ¡Eufórica Rebeca! ¡Ni qué fuera la primera vez!
-Me la mete a mí, profe… - Eloísa quería lo suyo.
-Si tesoro, ahora va… - Me acomodé tras Eloísa. Mientras yo no eyaculara, gracias a las pildoritas seguía al palo. Le metí la lengua, la chupé, la lamí, la salivé bien, toda la lengua adentro del hoyo. La nena relajada, el esfínter dilatado. Probaría si la nena me aguantaba sobre sus caderas. Ya lo había lubricado.
-Me soportás así ¿o te peso mucho? - De cualquier manera, me sostenía con mis piernas. 
-Si, si, aguanto, me gusta sentirlo sobre mí, profe. – Apoyé el glande contra el ano. Empujé levemente. No ofreció resistencia. La penetración fue inmediata. Y allí fui.
-Rebeca…, tesoro, acostate, con las piernas abiertas, para el goce de las dos.
Parece que estaban ...

... acostumbradas. Les encantó mi “sugerencia”. Rebeca se colocó tal cual, y Eloísa lamía mientras yo la penetraba. ¡Ambas felices! ¡Yo también! Ya tenía dentro la cabezota. Me tomé de su cintura y presioné. Las paredes de su recto me abrazaban como terciopelo. Siento mi llegada al fondo. Mientras Eloísa chupa y lame a Rebeca, yo comienzo el bombeo. ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf!
-¡Qué rico profe! ¡Qué placer! ¡La siento tan adentro! – Eloísa movía el culo hacia todos lados. Me inclino sobre ella, la pija profundamente metida en ese bellísimo orto, todo placer, esa piel de durazno, la transpiración del goce, aprieto sus tetitas. Eloísa suspira y gime. Se estremece. No hubo tiempo a las caricias de clítoris. El orgasmo fue tremendo. Menos mal que estaba fuertemente agarrado. Pude mantener el equilibrio y mi pija siguió adentro, en el fondo, contra las tripas. ¡Esta mujercita es fabulosa!
-¡Papito! ¿Me llenás el culito? – Fueron sus primeras palabras de cariño. ¡Me dijo “papito”! Pensó en mí. - ¿Vos no eyaculás?
-Es que…, lo sabrás…, si acabo en una, para poder hacerlo en la otra tengo que esperar más de media hora… larga… Me aguanto un poquito…, así puedo llenarles la boquita a ambas… ¿Te parece?
-Sí, si, como digás… - Eloísa había dejado de chuparle la concha a Rebeca solamente cuando hablaba. Su amiguita había orgasmado dos veces… ¡La boquita de Eloísa es tan seductora como su culo!
-¡Esperá! Dame el celu. Filmo yo. – Mientras me la cogía, Eloísa filmaba la concha de su compañera y ...