-
Dos chicos inexpertos
Fecha: 18/01/2024, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Rafael, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... estábamos calientes y con ganas de más, pero estábamos en shock porque ninguno de los dos se consideraba gay. Aunque a estas alturas yo aceptaba un poco más mi condición de bisexual. Llegando a mi casa, invité a pasar a Mario advirtiéndole que no había nadie y que no tenía nada de qué preocuparse. En un tono casi de seducción mencioné que tenía casa sola hasta el domingo por la tarde que regresara mi familia. Los besos regresaron, ahora con más pasión y con menos vergüenza. No había nadie que pudiera vernos, nada podía detenernos ahora. Nos quitamos la ropa con urgencia. Mario acariciaba mi cuerpo como si se tratara del de una chica, frotaba mis nalgas con sus grandes manos, y yo acariciaba el pecho de mi compañero y chupaba sus pezones. Haciendo uso de su fuerza, Mario me tomó entre sus brazos y me acostó en el sillón con cierta brusquedad. Y con total lujuria se subió en mi abriendo generosamente mis piernas. La verga de Mario estaba a tope y de inmediato el levantó mi cadera para penetrarme y cogerme en posición de misionero. Yo había deseado sentir la verga de Mario dentro mío. Así que aunque sentía dolor me abría lo más posible para facilitar la penetración. Mario estaba hecho una bestia. Solo quería saciar su necesidad de cogerme y comenzó con un frenético mete y saca. En la casa solo se escuchaban mis gemidos y los gruñidos de Mario. Nuestros cuerpos sudorosos y su verga desprendían un fuerte olor a sexo. Mario otra vez resultó ser un tanto precoz y sin decir ...
... palabra inundó mi culo con su leche. Ambos quedamos rendidos en el sillón por unos instantes. Hubo algunas caricias mutuas, besos, ambos estábamos calientes pero conscientes de que éramos hombres y como tales no nos podíamos dar el lujo de enamorarnos. Qué dirían nuestras familias y nuestros amigos ? La erección de Mario regresó, y aprovechando que estábamos recostados y abrazados en el sillón, yo ofrecí mis nalgas a mi compañero para que me cogiera de cucharita. La verga de Mario entró con mayor facilidad, y el sillón restringía un poco los movimientos. Así que a diferencia de la primera vez los movimientos eran más sutiles y placenteros para ambos. Mi macho en esta ocasión duró más, pero igualmente se vino primero entre mis nalgas. Tomé la mano de Mario y la llevé hasta mi verga erecta, que notablemente era más pequeña y peor aún entre sus grandes manos. El de inmediato entendiendo su trabajo comenzó a pajearme, y accelerando el ritmo me hizo rápidamente eyacular. Ambos estábamos más relajados, ya no había esa tensión sexual del inicio, así que sugerí ir a mi habitación y estar más cómodos en la cama. Ya en la habitación me sentía todavía hambriento de verga, quería sentir una vez más a Mario dentro de mí. Ambos estábamos de pie al lado de la cama, la diferencia de estatura se hacía evidente de nuevo. Sintiéndome atraído por las dimensiones del cuerpo de mi compañero me giré ofreciéndole de nuevo mi trasero. Mario me tomó de la cintura para volver a penetrarme. Pero la ...