Dos chicos inexpertos - Relatos Eróticos

Dos chicos inexpertos

... diferencia de estaturas lo complicaba. Así que me llevó hasta la pared.  Apoyándome en ella con las palmas de las manos me levanté el culo. Mario se abrió de piernas para estar a la altura de mis nalgas y me penetró de una poderosa estocada...

Estuvimos así por unos momentos, pero resultaba incómodo bombearme con fluidez. Mario me cargó de nuevo y me llevó a la cama. Buscando una posición menos acrobática me acomodó de "chivito al precipicio". Ahora la altura de mi culo quedaba de forma ideal para Mario, quien metió lentamente sus casi veinte centímetros de verga entre mis nalgas entrando profundamente en mi agujero. En esa posición y con mi cuerpo casi femenino la penetración se volvió mas placentera para mi pareja. Que por un momento se olvidó que éramos dos hombres cogiéndonos. Yo me sentía en el cielo, estaba poseído por el chico que me gustaba, por el chico que había sido mi fantasía por tanto tiempo. Por fin estaba disfrutando de su pedazo de carne y de sus manos en mis caderas.

Mario eyaculó una vez más. La cuarta vez ! Y su leche abundante baño mi espalda. Ambos recostados en la cama sin decir palabra, satisfechos, pero con un sentimiento de haber hecho algo incorrecto. Mario fue en busca de su ropa, se vistió y se fue sin despedirse.

Me quedé en casa, desnudo y con un sentimiento de haber sido usado. Pero era normal, no era una situación fácil para ninguno. No éramos un par de maricas, solo éramos dos jóvenes inexpertos ante una nueva e inesperada situación.

El lunes ambos nos saludamos de forma normal en el trabajo, como si nada hubiera pasado. Pero ambos en nuestro interior deseábamos que se volviera a hacer, de noche, caminando juntos por el campo.