FAMILIA QUERENDONA - Relatos Eróticos

FAMILIA QUERENDONA

Una semana apenas y no daba más. Efectivamente…, pasaron diez días desde que se fue Ana Laura…, y me parecen diez años… ¡Dios! El martes llamé. No atendió. Dejé el mensaje. Un par de horas más tarde Ana respondió. “Estoy muy ocupada. Luego te llamaré.” ¿Será así? 
En fin, paciencia. La llamada llegó un par de días más tarde. “Un placer recibir tu mensaje. En una semana estaré más libre. Me gustará recibirte. Te llamaré.” Ese fue el resumen de nuestra conversación. Tendré que esperar.  

Pasó la semana. Recibí la llamada de Ana Laura. Nos pusimos de acuerdo. La próxima semana viajaré entre semana a la capital. Dejé la camioneta y viajé en bus. ¡Quería llegar descansado! 
Fui a casa, me bañé y llamé. Ana Laura estaba lista. Me pidió que vaya a su vivienda. “Está asegurada la tranquilidad.” Eso espero. Efectivamente estaba en soledad, y el encuentro fue como un sunami. En pocos segundos estábamos encamados. ¡Al fin!
Calentura va, calentura viene. Fueron múltiples ensartadas. ¡Genial! En el relajo… nos “saludamos”. 
-¡Mi amor! ¡Cuánto hacía! ¡Un siglo! – Ambos compartíamos el encanto. Ese tipo de “conversación”. 
Luego de los “saludos” nos pusimos a conversar.
-Yo sé cómo sos. Te conocí muy bien en las pocas horas que estuvimos juntos. – Ana Laura tomó la delantera. - Sos directo, sencillo y honesto…, no te gusta el camelo ni la fanfarronada. Y respetás a la mujer por más que la tengas “vencida” entre tus piernas… Sos dulce y cariñoso siempre. Y tenés bien abierta la ...

... mente y el corazón para aceptar las propuestas más locas… ¡Un amor total!
-¿Me estás poniendo en venta? ¿Haciendo la promoción? ¡Jajaja!
-No, no. Es que tengo que contarte algo. Y…, bueno…, lo vas a aceptar, aunque te resulte raro. – Dulce y mimosa, más que siempre… - ¿Sabés? Le conté a mi hijo lo que hicimos… 
-¿A tu hijo? ¡Estás loca!
-¡Jajaja! No te enojés. ¡Estuvo buenísimo! Ya verás… 
-Pero… ¿tu hijo? ¿Así nomás? – Estoy preocupado e inquieto. 
-No hay problema. Él conoce perfectamente mi vida…, y yo la de él. Compartimos todo… Lo que quiero decir… es que te quiere conocer…
-¿Tu hijo? ¿Por…?
-Bueeee…, es bisexual…, desde siempre…, prácticamente…
-Pero…, como eso…, yo… no me dedico. Bueno…, desde joven, muy joven, desde el secundario, no tengo relación homosexual… Fueron pocas veces, sólo como activo…, bueeeee, cómo se daba… ¡Siempre hay algún chico mimoso!
-Tal vez te alabé demasiado…, pero él quiere hacerlo…, conmigo…, y su novia… 
-¿Qué? ¿También su novia?
-Si…, tiene novia…, es bi… te lo dije… 
-¿Y la novia lo sabe?
-Si claro, ella también lo es. En verdad, yo lo hice con ambos…, sin ningún problema. Fui cuando les hablé de vos. Es lo que te dije…, quieren hacerlo con los dos, con vos… también…
-¿Cómo fue eso…? 
-¿Qué cosa?
-Como… tu hijo… En general, la inclinación homo o hetero es desde siempre, aunque de pequeño no lo sepamos. El bi se adopta de adulto…, cuando se llega a conocer de todo…
-Es que… desde chiquito… yo … ¡jajaja! Lo hablamos. ¿Te ...