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De niñero
Fecha: 27/01/2024, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Rafael, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Tengo 2O años, soy estudiante y no tengo trabajo. Afortunadamente desde hace 6 meses, una vez a la semana, sirvo de niñero de Ale (Alexander) mi pequeño vecino de 16 años. Ustedes se preguntarán: Por qué le dices "pequeño" a un puberto adolescente ? La respuesta es que Ale está muy lejos del común de su edad. Es delgado, de piel blanca y blanca como su madre, con una cara de niño con ojos color esmeralda y cabello rubio y rizado. Es más parecido a un muñequito de porcelana que a un adolescente peruano promedio. Su mamá es una mujer soltera, medica, norteamericana. Le toca trabajar de noche una vez a la semana en su hospital. Por qué yo cuido a su "bebé". Y me viene bien no solo por tener una entrada de dinero, sino que vivo con mi familia en una casa muy cerca de mi nuevo trabajo. Si bien se nota a leguas la sexualidad de Ale, no estaba 100% seguro hasta la semana anterior, que encontré en su habitación revistas pornográficas gay. En ese momento se me pasó nada indecente por la mente ya que mis gustos sexuales no son de chicos de su edad específicamente. Soy 4 años mayor de él, además considero Ale como "mi trabajo"... La semana pasada su mamá tuvo turno nocturno, por lo que me preparé para otra noche larga y aburrida. La casa de Ale es una casa grande de dos pisos, y lo que pasa arriba es casi imposible de escuchar, y viceversa. Eran alrededor de las 2 de la mañana y ya aburrido se me ocurrió corroborar si Ale dormía. Subí las escaleras y pude ver al niño cómodamente ...
... desparramado en su cama. Seguro de que no tendría molestias bajé al living para hacer lo que había hecho en varias ocasiones : masturbarme. Estaba todo apagado, yo sentado en el sillón con los pantalones abajo, la verga dura y ardiendo en una mano y el celular en la otra. Escupí mi mano y me preparé para pajearme. Pero esta vez sin darme cuenta cometí un error : me había puesto los auriculares (cosa que nunca había hecho). Me confié demasiado. Mi corazón se paró cuando sentí una mano tocar mi brazo. De un salto prendí la luz, solo para ver a Ale parado frente a mí. La vergüenza que sentí en ese momento fue algo espantoso : yo parado con los pantalones abajo, y con mi verga flácida y encogida por el miedo en cuestión de segundos. El video porno a todo volumen ya que los auriculares se habían desconectado. En esos pocos segundos (que para mi fueron eternos), me imaginé siendo regañado y hasta denunciado por lo que había hecho. - "Perdón Ale... pensé que estabas durmiendo..", me disculpé mientras intentaba subirme los pantalones. Mi voz salió un poco quebrada, estaba aterrado realmente (yo aterrado de un niño, jamás me habría pasado por la mente). Ale me observó completamente de arriba a abajo, mirando mi pene hasta que sus ojos se centraron en mi teléfono. Ahí me di cuenta de que el video seguía en reproducción y a pleno volumen. Lo saqué rápidamente y volví a disculparme : - "Por favor... no le digas a tu mamá... Pensé que estabas durmiendo. No va a volver a pasar." - ...