1. VECINAS COMPLACIENTES


    Fecha: 27/01/2024, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... también pasaran la lengüita. Ellas se besaban y acariciaban. Mientras yo gozaba de la paja con las tetas de ambas, ellas se desnudaron mutuamente. Me apoyé contra una de las puertas, y mientras Sofía me mamaba, Sole le lamía culo y concha. Les encantaba. Cada cosa eran pocos minutos. Me arrodillé en el asiento. Ahora Sole mamaba, con las piernas bien abiertas. Sofía, sentada en la alfombra, ante ella, le chupaba la concha. Luego cambiaron. ¡Menos mal qué había hecho lavar todo antes que viniera Dakar! 
    Les encantaba refregarse entre ellas mientras mamaban. No sé si siempre sería así. Yo todavía no había penetrado a ninguna y no daba más.
    Sofía se acostó boca arriba, y entre sus piernas se arrodilló Sole. Sofi le chupaba las tetas a su amiga, mientras yo la clavaba por el culo. ¡Siempre están preparadas para una buena culeada! Vuelta a cambiarse. Sole a chuparle las tetas y Sofi a recibirme por el culo. Trataban de no hacer demasiado ruido, pocos grititos y gemidos.
    Luego fui a las conchas. Todo breve, pero no podrían quejarse. Les doy en todos los agujeros. 
    Sole acostada boca arriba, las piernas levantadas, yo entre las suyas, enterrándosela, y Sofía sobre la carita de su amiguita, para que ésta chupara. Lo raro es que todavía ninguna había acabado. Yo no quería aflojar hasta que lo hicieran. No quiero pasar por desatento.
    Luego se reacomodaron. Ellas dirigían la “coreografía”. Me senté y Sofi vino encima, a horcajadas, frente a Sole que, arrodillada en la alfombra, ...
    ... lamía concha y pija. 
    Sofi se estremeció y gritó. ¡Llegó el orgasmo! Sole chupa con delectación. Luego fue a la inversa, Sole con la pija en la concha y la otra lamiendo.
    ¡Al fin me toca a mí!
    -¡Chicas, me vengo! – No hizo falta ninguna indicación. Ambas se arrodillaron. Sus boquitas saborearon con placer el semen y tragaron.
    -¡Así! ¡Así papito!
    -¿Viste que podías? – Ambas de acuerdo. - Ahora estamos tranquilas. Podemos seguir viaje.
    Nos vestimos lo mejor que pudimos y volvimos adelante. Habrían pasado unos 50 minutos. Llegamos al pueblo cuando se ponía el sol. Las dejé en las esquinas de cada casa y fui a la mía. A descansar…
    
    	¡Milagro! Durante dos días, nadie me jodió…, en ambas acepciones. Fui a la obra, pero no a la oficina. A eso de las 7 de la tarde sonó el teléfono. Ya estaba en casa.
    Sofía llamó… 
    -¿Te quedaste con ganas? – Lo primero que pensé.
    -¡Jajaja! Si, si, pero no te llamo por eso. Tengo reclamos de mi vecina…
    -¿Qué hice de malo?
    -No hiciste nada, justamente. Por eso es el reclamo. ¡No le hiciste nada, nada, ni a ella ni a su hija! Quiere conocerte…, bueno…, te conoce, pero quiere que sea personalmente…, “tete a tete”, o… bueno…. vos sabés…, una cosita…, o cosota… dentro de otra…
    -No tengo nada que ver. No la conozco. No quiero cosas nuevas. Tengo bastante. Bueno, está bien, en otro momento me lo contás. Ahora tengo que hacer…
    -Está bien, vení a cenar…
    -¿Ahora?
    -Si ahora. No soy yo quien te invita. Es mi mamá. ¡Ella también quiere conocerte! No ...
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