MÁS COMPLACIENTES
Fecha: 04/02/2024,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... vení!”
-¡Jajaja! No te olvidés que mamita te está esperando…
-Lo sé, mi amor. Voy a estar listo para ella. Pero lo podemos hacer. Un ratito o tanto como te parezca.
La dejé sentadita sobre el borde de la cama. Retiré el camisolín y separé sus piernas. La húmeda conchita, efectivamente decía “¡vení, vení!” ¡Y fui! ¡Qué hermosa es! Repasé una y mil veces esa puertita del paraíso. Sofi se recostó y colocó sus piernas alrededor de mi cuello. ¡El más lujoso y adorable collar!
El clítoris de Sofía palpitaba. Mis labios lo apresaban tironeando. Un pastoso flujo comenzó a salir de sus pliegues. Penetraba en mi garganta, tibio, agridulce, abundante. Derramaba como catarata. Escapaba por mis comisuras, corría por la barbilla y el pecho. Yo seguía chupando y besando ese dedito meñique que tiene la nena, para hacer más glorioso el sexo, si cabe.
-¡Ay papito! ¡Me estás matando! – Sofía se retorcía. ¡Me va a sacar la cabeza!
-¡Tranqui mi amor! ¡Despacito! ¡Vas a despertar a mamá! – En realidad no me interesaba eso. ¡Quiero que no me ahorque!
Con delicadeza fui separando sus piernas de mi cuello. Al fin lo conseguí y me acosté sobre ella. La monté en un misionero. Pasó sus piernas por mi cintura y comenzamos el acompasado y rítmico bombeo. Yo no dejaba de besar sus labios y sus tetas. ¡Muy buen ritmo! ¡Pluf! ¡Pluf! ¡Pluf!
Me había olvidado de la mamá. Me acordé cuando sentí el apuro de los testículos. ¡No podía acabar antes!
-¡Papito qué lindo! - Sofi gemía y suspiraba. ...
...
-Seguro mamita se despertó. - Me habló al oído.
-No importa. ¡Estaré para ella!
-¡Sííí! ¡Yaaaa! ¡Me corro otra vez, tesoro! – Nuevamente sentí sus chorros en mi ingle.
Me retiré por dos motivos, para no acabar y para chuparla. La dejé lo menos húmeda posible y me acosté a su lado.
-Si mi amor, tengo que descansar.
-No hay problema, papito. Durmamos juntos. - Volví a disfrutar del relajo del sueño. Eso me permitiría recuperarme para Verónica. Algo así como una horita. La altura del sol me lo indicó.
-Voy al baño. - Me levanté. Luego fui hacia la cocina, para tomar algo fresco. Cuando entro me sorprendí. Contra la mesada, inclinada sobre ella, está Verónica, con una fluorescente, liviana y transparente prenda como su hija. ¡Espectacular culo! ¿Sabría que estábamos despiertos?
Me la sobé y acerqué a su espalda. La apoyé y abracé por las tetas al mismo tiempo.
-¡Oh Dani! Te levantaste…
-Todo para vos. - Saqué una de las manos de sus tetas y levanté el camisolín. Doblé las rodillas en la medida necesaria, y fui con la pija hacia la concha de Vero, ofrecida como joya. La perforé de una.
-¡Nene! ¡Qué rápido!
-¡Te tengo unas ganas! – Volví con ambas manos a sus tetas. ¡Apenas si lograba agarrarlas toda!
-Yo también tesoro. Espero que la conchita de mi hija no te haya agotado demasiado.
-Para nada. Dormimos un ratito.
-Sí, los vi. Estaban amorosos. Vos tenías la pija entre los glúteos de Sofi… ¡Me calenté más todavía!
-¿Te habías despertado?
-¡Y cómo no! ¡Con los ...