MÁS COMPLACIENTES - Relatos Eróticos

MÁS COMPLACIENTES

... gritos que pegaba mi hija parecía que le estabas enterrando un bate de béisbol!
-¡Jajaja! ¡Qué exagerada! - Mientras cambiamos “opiniones” sobre nuestras propias acciones, comencé un suave bombeo, acompañado por las caderas de la mamá. 
Amasando las fabulosas tetas de Verónica, bombeaba en su encharcada concha. Vero, totalmente relajada, acompañaba magníficamente con las caderas, tomada de la bacha de la cocina. Los glúteos se aplastaban contra mi ingle. 
La solté un segundo, y retiré la prenda.
-¡Papayín! ¡Tiene razón mi nena! ¡Cogés maravillosamente bien!
Me incliné sobre ella a besar, lamer y chupar la espalda, las orejas, el cuello…
-Sabía que te habías levantado. Supuse que vendrías a la cocina…, por eso te esperé con el culo al aire… ¡Jajaja! ¡No me tomaste de sorpresa!
-¡Sos una diosa! No niego para nada el placer de cogerme a tu nena, y en muchos momentos pensé que será tan hermosa como vos…, pero sentía ganas de enterrártela…, por eso la tenía dura cuando vine del baño… 
-¡Ay papito! ¡Ya estoyyyyy! - ¡Su primer orgasmo con mi pija dentro! - ¿Viste? Ni siquiera me toqué el clítoris. Con tu penetración y los besos me hiciste acabar. Tiene razón mi nena. Sos magnífico. 
-Vamos a la cama, mamita…
-Sí, pero no me la saqués. Vamos a lo soldado… ¡jajaja! -  Así fuimos: piernas juntas y pasos de desfile.
-¿Qué tal mami? ¿Cómo te trata Dani? – Sofi, desnuda, sobándose la concha, está parada en la puerta de su dormitorio.
-¡Una maravilla nena! Con razón estás tan ...

... contenta… ¡Es de locura!
Sin sacársela la apoyé contra la cama, sus tetas sobre las sábanas, con los pies sobre el piso. Seguimos bombeando, con su bellísimo culo bien parado para que mí penetración en la concha fuera perfecta.
Verónica es toda una profesional. Supongo que ella y la hija, recogían muy buen dinero, por eso casa tan linda, y con cochera, por lo que supuse que también tendrían auto. Hacían bien. Espero que los cogedores sean sanitos.
Mire de soslayo hacia la puerta. Sofi estaba mirando sonriente. ¿Esperaría entrar en el juego? Seguí besando y lamiendo. 
-Dani… ¿me chupás la vagina?
-¿Ahora es “vagina”? ¿A mi pija la tengo que llamar “pene”?
-¡Jajaja! ¡Chupame la concha, carajo! – Giró y abrió sus piernas. ¡Es mi tarea! De rodillas pegué la boca a su aluvional “vagina…” ¡No tardó nada!
-¡Papito! ¡Acabo de nuevo! – Mi boca… y mis ganas no dieron abasto…, y rostro y pecho quedaron cubiertos de flujo. 
	Fui a un misionero. Se la enterré con ganas total. Lamí su exquisito sudor bajo las tetas y las axilas… ¡Ahora voy yo también! No me pude contener más: ¡se la sacudí como pija en el enchufe! La dejé adentro hasta regular la respiración. 
-Dani…, sacamela despacito… Sofi, tesoro, vení a chupar. - La mamá dio indicaciones. 
Sofía se puso en cuatro hacia la concha de Verónica, y chupó semen y flujo. El culo de la nena quedó para mí. Yo también me agaché a chupar. La nena llegó al orgasmo. ¡Hay jugos para todos!
Luego de algunos minutos nos acostamos. Una a ...