1. VAMOS AL CAMPITO


    Fecha: 12/02/2024, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... soy Hortensia…
    -Sí, claro, gracias… Yo soy Daniel…
    -Daniel…, Dani… ¿no? Así lo llaman…
    -¿Cómo lo sabe? – Lo pregunté sonriente, por las dudas…
    -¡Jajaja! ¿Conoce a Carla…, Dalia, Lorena…, Verónica, Aprilia…, Tami…? ¿Qué tanto las conoce?
    -Y…, si…, algo…
    -¿Algo? ¡Jajaja! Vamos… Dani… ¡jajaja! Ellas fueron compañeras en la secundaria, compartiendo viajes y vivienda…, en muchas oportunidades…, excepto Tami, claro, es mucho menor…, pero soy clienta… ¡Jajaja! ¡Lo sé todo Dani! ¡No me lo ocultés!
    	No solamente me tuteó. Se acercó a mi lado, muy cerca, su cadera contra la mía. 
    -No te preocupés, no hay nadie…, cada cual en su casa. ¡Solos nosotros dos! – La situación no la había creado yo. Su insinuante mirada no lo negaba. ¡Ella lo quería! ¡A la pileta! La miré a los ojos, bajé la vista al escote… Hortensia sonrió al ver mi gesto. Tiene un vaso en la mano. 
    -¿Puedo probar lo que tomás? – También sonreí y estiré mi mano hacia la suya, donde estaba el vaso. 
    -Espero que te guste…
    -Si viene de tus labios seguro que me gusta.
    -Espero que no te sorprendan mis “secretos…” - Su mirada y sonrisa no dejan dudas. - ¿Los tuyos cuáles son?
    -Por lo visto… lo sabés…
    -¡Son muy excitantes! ¡Esos dicen mis amigas! ¡Qué bailás muy bien! – Nunca bailé con ninguna de ellas…, creo…, pero si Hortensia opinaba así…, pues… así será.
    	Se levantó y fue al equipo de música. ¡Lo qué es ese culo! Tenía la música preparada…, o fue pura casualidad… ¡Música lenta, suave y erótica! 
    	Moviéndose ...
    ... insinuante me hizo seña con las manos. Me levanté. No me importó nada estar al palo. ¡Si lo quiere así…, así será…!
    	La tomé de la cintura. Ella me pasó los brazos por el cuello. La apreté contra mí. Nuestras alturas son perfectamente compatibles. La pija quedó justo entre sus piernas, sus tetas se apretaron contra mi pecho. Acaricié su espalda. Nos sonreímos. Me olvidé totalmente del tiempo. ¡Ni de su marido me acordé! 
    Me acaricia el cuello, me besa el lóbulo. Mueve su pelvis contra mi cuerpo, simulando el ritmo de la música. Casi se funde contra mí. ¡Era el momento! ¡Se acabó la aprensión! Giré la cabeza y la besé. Lo esperaba con la boca entreabierta. Las lenguas se encontraron. Se entrelazaron. Nuestras salivas recorrieron los paladares. Mis manos bajaron a sus glúteos. Apreté más todavía. Hortensia bajó una de sus manos. Me acarició el culo. No podía apretar más contra ella. Quebró su cintura y reculó. Se dio el espacio para meter mano sobre mi bulto. ¡Dios! ¡Si seguimos así voy a acabar! 
    	Fui hacia el sofá y la hice sentar. Me arrodillé, levanté sus piernas sobre mis hombros y dirigí mi rostro a su entrepierna. ¡No había obstáculo hacia la concha! ¡No hay bombacha! No vi demasiado, pero adiviné un par de gorditos labios externos, cubiertos con depilada, suave y aromática piel, humedecida hacia el interior de los palpitantes y aterciopelados labios internos. Mi lengua llegó sin dificultada hacia la vulva. Allí la charca es total, recibiendo mis labios con calidez. ...
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