La primera vez que me partieron el culo - Relatos Eróticos

La primera vez que me partieron el culo

... mortal que tenía debajo del short, yo diría que entre morcillón y semi-erecto del largo rato que llevábamos ya cocinandonos el cerebro con las fantasías sexuales que habíamos tenido la dicha de vivir ambos. Se había echo muy de noche ya, y Muñoz comenzó a insistir en que me quedara a dormir aquella noche en su casa, que su hermano Adrián no vendría a dormir porque se había quedado fuera de la ciudad en casa de otra de sus hermanas, que su cama estaría vacía esa madrugada y que ahí podía quedarme a dormir. Me preparó el baño, y me   buscó un short que nada más de verlo me pareció que era una prenda de mujer, licrado y tan fino que se notaba transparente, tal parece que estaba desnudo con aquello puesto. A trasluz se me veía la polla con los cojones colgando y por detrás la raja de mi culo. Me dí un buen baño, y aprovechando una ducha vaginal que había en el vater, me la afinqué en el ojete del culo y me lavé por dentro las tripas, para aliviar la ardentía de los efectos del alcohol, eso lo repetí aproximadamente más de 3 veces. Cuando terminé el baño con agua caliente, más de media hora en ello. Me puso el short licrado y con un poco de pena salí del baño hacia dónde estaba Muñoz. Le dije que si podía acostarme, pues me sentía bajo los efectos del alcohol demasiado borracho como no acostumbraba a hacerlo nunca. Cuando me vió, me di cuenta que se sobó el bulto que tenía en el pantalon de una forma un poco descarada, diciéndome que no había problemas. Que iba a apagar las luces ...

... de toda la casa, se metería al baño para ducharse él también, y que saldría desnudo para su cama porque así le gustaba dormir a él. Le dije que ok, y acto seguido me acosté en la cama de su hermano, que estaba en su mismo cuarto, era una casita pequeña en realidad. Apenas caí en el colchón quedé profundamente dormido, pues pensé retomar el diálogo al día siguiente pues ya estaba que se me enredaba la lengua. No sé con exactitud cuánto tiempo pasó, en que sentí que estaba en una posición que no era precisamente en la misma en que me había acostado a dormir, tenía el culo en pompa, sin la prenda que me había puesto, y me estaban dando una mamada en el ojete con lengua adentro que sin darme cuenta estaba gimiendo con suspiros de placer pues se sentía bien rico. Traté de incorporarme para ver en aquella tremenda oscuridad, pues lo primero que me pasó por la cabeza es que se trataba de Adrián, el hermano de Muñoz, que había regresado de casa de sus hermanas del campo. Pero al momento escuché la voz de mi amigo diciéndome que no me moviera que quería cogerme el culo tan rico que tenía, pero que primero quería que le diera una mamada para lubricarsela y ya de paso probaba algo que sabía perfectamente me iba a gustar en exceso. Cómo si fuese un muñeco de trapo, no sé si por la borrachera que tenía encima o por el shock en que me encontraba de algo tan inesperado. Me volteó boca arriba y me puso la polla en los labios, tratando de introducirla en mi boca. Y como si estuviese soñando ...