Una clienta habitual - Relatos Eróticos

Una clienta habitual

No tengo nada para probar o demostrar, es una historia anónima y lo que pasó no consigo quitarlo de mi mente aun cuando he tenido muchas experiencias intensas en términos sexuales.

Un pene grande para quien lo tiene es una cosa normal y natural, 23 cm de porte, saludable y a mis 32 se comporta bien, acepto que hay mujeres que se aterrorizan, bloquean y no quieren nada, de las que sienten mucho dolor, de las que les gusta pero luego de un tiempo lo dejan y de que a veces, no todo trabaja en la intimidad como si fuera un film porno.

Si alguien piensa que son todas ventajas, diría que depende, no me considero agraciado en otros aspectos, cuido mucho mi cuerpo con regular ejercicio, pero tengo la piel un tanto oscura, poco cabello y trabajo de mozo en un restaurante de nivel económico medio-alto, donde todas las noches hay presentaciones de bandas mas bien fofas, para un público de 35 o más en mi modesta opinión.

De tanto en tanto, asistía una pareja, ella un tanto más joven que el esposo, rubia, ojos claros, delgada, madura, de unos 43 años, muy llamativa, pechos grandes, piernas largas y de acento extranjero, contrastando con el marido, más bien muy gordo, apagado, que apenas si conseguía bailar y siempre tomando la mano de su mujer con cara de pocos amigos, una especie de chihuahua con la suerte de un callejero. Mi interacción fue siempre mínima con ella, más bien con el arrogante esposo que a veces parecía descontrolarse cuando ella lanzaba una mirada hacia mi ...

... o cualquier otro hombre alrededor, más bien en un afán de escapar de su celador, o de tener al menos algo más de diversión o satisfacción. 

De ser clientes regulares, desaparecieron por un par de meses, cuando calculaba no volver a ver a ninguno de los dos, una noche aparecio ella, deslumbrante, de un vestido negro corto, bastante provocativo, tacones que dejaban ver mucho de sus pies (no sé como describirlos), una cadenita alrededor de su tobillo, maquillada, y ese escote que dejaba entrever sus impresionantes senos. Realmente la clase de mujer que arrastra miradas al entrar a un lugar, y para completar el combo, la acompañaban dos extranjeras, que apenas hablaban español, pero siendo compatriotas, se apoyaban en su amiga para conseguir comunicarse. Luego de tomar su pedido, me pidieron muy animadas, que les tomara una foto con uno de sus celulares, al llevarles su pedido una foto con la mesa servida y al final una foto junto conmigo, de algún modo me hallaban divertido y continuaron su rutina, durante el show bailaban entre ellas, una más provocativa que la otra, en tanto que mi rubia me lanzaba miraditas de tanto en tanto, al retirarse, una de sus amigas al pagarme me pidió mi número, se lo entregué bastante incrédulo (y hasta sintiéndome burlado) y siendo las 11pm, olvidé el asunto, cerró el lugar y saliendo después de media noche, tomaba mi mochila, revisaba que estuviera lo más importante, e iba a casa, cuando un par de mensajes al whatsapp me dejarian bastante ...