Campamento - Parte 5
Fecha: 19/11/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: johna.2012, Fuente: CuentoRelatos
... encontraba Pablo llamándome.
―Hola Pablin, ¿Cómo te va? ―le saludé como siempre lo hacía.
―Bien, aunque algo abandonado. Desde que empezaste a juntarte con tu mejor amiga, la cabrita de Jordán, ya no nos paras bola a nosotros ―se quejó.
―Si al menos intentaran ser amigos en lugar de tenerse cólera, podríamos andar todos juntos.
―No, gracias. Quiero seguir siendo discreto y no quiero que piensen mal si me ven con una cabrita como Jordán.
―Bueno, bueno ―suspiré, cansado de estar siempre en el medio de esos dos.
―¿A qué hora nos reunimos hoy? ―preguntó, tomándome por sorpresa.
―¿Reunirnos? ¿Qué hay?
―… el trabajo de historia… ¿Recuerdas? El profe nos puso a Cristian a ti y a mí en el mismo grupo… Quedamos en reunirnos la semana después del campamento…
Entonces recordé la tarea y mi cuerpo se estremeció al pensar que tendría que estar en el mismo lugar con Cristian.
―Habíamos quedado en mi casa, ¿no? ―pregunté, haciendo memoria―. Puedes venir a partir de las cuatro, así me das tiempo para darme un baño después de la escuela.
―Está bien, pero sólo seremos nosotros dos ―dijo Pablo―, Cristian me mandó un texto para decirme que no podría reunirse con nosotros hoy.
Mi cuerpo se estremeció al escuchar lo que dijo Pablo, pero no supe si fue de alivio o de decepción.
―Entonces nos vemos en tu casa a las cuatro ―dijo y luego fue hacia su sitio.
Todo el resto del día me la pasé pensando en Cristian, en porqué estaba actuando de esa manera. Aún ...
... me costaba creer que todo aquello era verdad, ya que parecía una terrible pesadilla.
―Tengo que salir por unas cuantas horas ―dijo mi madre, sacándome de mis pensamientos―, Tus amigos vendrán a hacer un trabajo hoy, ¿verdad?
―Sí, a las cuatro, pero sólo vendrá Pablo ―contesté, levantándome de la mesa con mi plato de comida casi intacto. Con todo lo que estaba sucediendo lo que menos tenia era hambre.
―Regresaré antes de las ocho, ¿estarás bien? ―preguntó mi madre, mirándome de forma extraña, algo ida.
― ¿Está todo bien? ―pregunté al verla diferente.
―Sí, hijito. No te preocupes ―contestó ella, luego me abrazó y se fue.
Aún con mucho tiempo restante para las cuatro de la tarde, me di un baño y arreglé mi cuarto, mientras intercambiaba mensajes de texto con Raúl, tratando de coordinar nuestro próximo encuentro.
Luego de aquella mágica tarde en su departamento, mi cuerpo parecía extrañar sus caricias, sus manos grandes acariciando mi pie. Ya no quedaba nada de su olor en mí y empezaba a extrañarlo. Debía verlo pronto.
Entonces el timbre de la puerta me sacó de mis fantasías.
―Hola Pablin, pasa ―saludé a mi amigo, abriéndole la puerta.
―Hola ―me saludó y ambos entramos directo hasta mi cuarto.
Por varios minutos nos dedicamos a leer los libros de historia y a avanzar con aquel trabajo que nos habían dejado, sumidos en un silencio bastante extraño.
―Bueno… ―dijo de pronto, volviéndose a mirarme―, ¿Me vas a contar que fue lo que sucedió entre ...