1. Extreme coprofilia. La señora Isabel. El castigo. Parte I


    Fecha: 24/03/2024, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: sumisso22@yahoo.es, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... cualquier cosa. Nuestras discusiones fueron aumentando poco a poco. Cada vez que nos cruzábamos ella recriminaba mi comportamiento y yo me defendía burlándome de ella. No la tenía el menor respeto aunque fuese mayor que yo. Cada vez que nos cruzábamos ella me trababa como un niño y recriminaba mi comportamiento, yo la respondía burlándome de ella y hacía gracias inaceptables hacia  el sobrepeso de su cuerpo. Eran dignas de ver nuestras disputas, ella recriminándome con su dedo amenazante y yo burlándome. Una de nuestras absurdas disputas era tal que así: 
    
    -	¿Te has comido ya todas las tartas de la  pastelería? – Me reía de ella faltándola al respeto. La insinuaba que se comía todo cuanto había en la pastelería y de ahí su peso. Ella me miraba furiosa, se podían apreciar rayos saliendo de sus ojos encolerizada. Me señalaba con el dedo amenazante:
    
    -	¡¡ Un día te prometo, vas a pagar  por tus modales, lo pagaras muy caro ¡¡ -  Me recriminaba furiosa con su dedo y levantando la voz. Yo volvía a burlarme de ella una y otra vez. Ella se marchaba furiosa al interior de su casa humillada.
    
    El desenlace final que terminó por explotar todo fue el día que tuvimos una reunión de vecinos. La señora Isabel propuso una idea para mejorar el edificio, era una idea absurda. Me burle de ella delante de los demás vecinos y todos comenzaron a reírse a carcajadas. Se sintió encolerizada por el trato recibido y me miró fijamente con gran odio. Ese día fue cuando comenzó a planear todo. ...
    ... Iba a hacerme participe de su oscuro secreto, iba a ser su presa. El castigo iba a ser muy duro y cruel.
    
    
    Uno de los días que subía a mi casa, la señora Isabel estaba esperándome en su puerta. Deduje que íbamos a tener una nueva discusión. Todo terminaría como siempre, ella recriminando mi comportamiento y yo burlándome de ella y su cuerpo. Me equivoqué por completo, aquel día fue completamente diferente. Antes de mediar palabra, la señora Isabel agarró mi muñeca por encima de mi mano y me empujó al interior de su casa. Apretaba con fuerza mi muñeca obligándome a entrar a su casa y caminar tras ella. 
    
    -	¡¡ Ahhhhh, me haces daño ¡¡ - me quejé en el interior de su casa mientras ella continuaba sujetándome por la muñeca de mi mano y empujándome hacia el final del pasillo de su casa. No me defendí de su ataque, nunca he sido violento, solo un joven con la lengua muy afiliada y capaz de burlarse de cualquiera, en especial de la señora Isabel. 
    
    Me condujo sujeto por mi muñeca hasta una habitación. Abrió la puerta y descubrí que era el baño de su casa, el lugar donde realizaba sus necesidades, es decir donde se encontraba su wc. Me empujó al interior y ella entró tras de mí. Cerró la puerta con llave. El baño tenía una llave interior para cerrar la puerta. Sacó la llave de la cerradura y la guardó en el bolsillo de su falda fuera de mi alcance. 
    
    -	¡¡ Siéntate ahora mismo en esa silla ¡¡  - Me ordenó mostrándome una silla de madera con alto respaldo. Estaba desconcertado, ...
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