1. El negro, mi nuevo vecino. (Parte 2)


    Fecha: 20/11/2018, Categorías: Gays Autor: alej97, Fuente: SexoSinTabues

    ... ese! β€” ¿Quién? ¿El Negro? ¿Qué pasó? β€” Sí, que se suponía tenía que estar ya aquí con unas bolsas de hielo, y nada que llega. Debe ser que anda cogiéndose a una puta. β€” ¿Por qué dices eso? β€” Ay, mi amor, yo conozco mi ganado. β€” ¿Pero en serio crees que esté con alguna mujer? β€” ¿Con quién más podría estar? ¿Con un hombre? Marico no es, que yo sepa. Eso sería el colmo. β€” Jaja, no bueno, yo también lo dudo. β€” ¿Tú me podrías hacer el favor de ir donde el señor Rómulo a ver si está allá? Anda, porfa. β€” Sí, sí, dale, yo voy. Y me encaminé a mi misión. Yo no me imaginé verlo con alguna mujer, estaba en el barrio, cualquiera iría a chismearle a su mujer. ¿Pero cuál fue mi sorpresa cuando iba llegando al negocio del señor Rómulo? ¡El muy perro estaba habla que habla con una tipa! Ella estaba recostada a la pared y él tenía una mano en la pared, como impidiéndole el paso a la chama, y en la otra tenía dos bolsas de hielo, que reposaban a sus pies. Fue extraño, porque me sentí algo celoso. Lo que es ridículo porque él y yo solo tiramos, nada más. Pero en fin. Llegué a su espalada y lo sorprendí diciéndole en el oído: β€” Se te van a derretir las bolsas de hielo. Se sorprendió y soltó las bolsas. β€” Coño, maricón. Me asustaste. Habla, ¿te mandó la cuaima, no? Se puso muy nervioso. Su mirada iba de un lado a otro, como queriendo darme una explicación. La chama se rió. Yo puse cara de culo. β€” Sí, están esperando el hielo. β€” Me di la vuelta y caminé a la fiesta. Era un camino algo largo, ...
    ... porque era varias cuadras y tenía que cruzar unas cuantas veces, eran como veinte minutos de camino. β€” Ya va, espérame. β€”agarró las bolsas de hielo con la otra mano y se despidió de la chama con un beso en la boca. El corazón se me aceleró. ¡Qué maldito! β€” Pudiste decirle a ella que te acompañara. Digo. β€” ¿Celosito? β€” ¿Cómo que β€œ¿Celosito?”? β€” Sí, habla claro, estás celoso. β€” ¿Celoso yo? ¿Por qué habría de estarlo? β€” Porque me besé con la chama. β€” Eres un maldito. Tú mujer… β€” ¿Y tú qué? ¿Ahora te entró una de moralista? β€” Qué moralista ni qué coño. Es que… Aahhs β€” ¿Pero qué pasa bebé? β€”Caminé más rápido para dejarlo detrás. Él caminó rápido también y me alcanzó. β€” No entiendo qué te pasa. β€” Nada. ¿Qué me va a pasar? ¡Nada! β€”Crucé a la derecha, y la calle estaba oscura. Seguí caminando. Él se apresuró más y al llegar a la esquina me agarró por el brazo y me metió por una vereda. β€” ¿Qué haces? Suéltame que me estás lastimando. β€” No te me pongas así vale, comparte β€”intentó besarme y no lo dejé. β€” ¿Compartir qué? β€” A mí, con la chama. β€” Te pasaste de cínico. Déjame quieto que me voy. β€” No. β€” Sí. β€” Que no. β€” Que sí. β€” Ay, menorcito, usted no me levante la voz así, ¿me oyó? β€”dijo, dándome una leve cachetada. β€” ¿Ah, sí? ¿Qué vas a hacerme? β€” Te voy a coger bien duro para que dejes la mariquera que tienes. β€” Tú no me vas a coger. β€” ¿Ah, no? β€” No. β€” ¿Y por qué? β€” Porque yo digo pues. β€” ¿Ah, sí? β€” Sí. Dejó caer las bolsas de hielo y me agarró de la mandíbula. Yo no decía nada. ¿Para qué? Si ...