Domingo a la noche a puro Tabú - Relatos Eróticos

Domingo a la noche a puro Tabú

... quedó un tanto sorprendido. No esperaba ver a su madre asi vestida y mucho menos a mi edad. Jamás me vio así. 
-Que pasá mamá. 
-Mirá, acá puse el telescopio. Hoy es domingo y mañana ya nos vamos del hotel. Por qué no me mostrás para que mire las diferencias que me hablaste para descartar satélites de supuestos ovnis. La propuesta era una excusa barata para que los dos volviéramos a jugar y poder generar una situación de roce físico.
Entonces mi hijo empezó a acomodar el telescopio portátil y medir la lente cuando curiosa, como vieja chusma, casi me le tiro encima y con el pedido de que me dejara ver, le apoyé mis tetas sobre su espalda.  
Santiago se quedó quieto y dejó varios segundos que yo le franeleara los pechos sobre su cuerpo, un poco sobre su espalda y otro sobre su hombro. 
-Ma, cuidado, dijo. Vení y me agarró de la mano.
Se puso por detrás mio tomando mi mano y llevándola a mi espalda. Me dejó de frente al telescopio y me dijo, poné el ojo en el lente, lo que obligó a agarcharme un poco. Él, pegado a mi, aprovechó y me apoyó el bulto sobre mi orto. 
-Podés ver bien ahí, preguntó?
A mi me importaba un bledo el telescopio y las estrellas. Al contrario, pensaba que mi hijo me metiera su telescopio para hacerme ver las estrellas de otra manera. Je. 
-Si, Si, decía, yo.... y él siguió con la pija en mi culo. 
Al mantenerse en esa posición le dije en son de broma: -"Che, se siente lindo pero soy tu madre". 
Esa frase fue la que disparó el frenesí. El antes ...

... y el después. A partir de allí no habría vuelta atrás y esa noche de domingo pasó a la historia como la del mejor sexo que tuve en mi vida. Primero porque hacía muchos años que no lo hacía y luego porque lo haría con mi hijo, mi amado amor. La fantasía se cumplía y el tabú no podría ya frenar lo inevitable.
Inteligente como siempre me respondió: 
"Perdoná mami, es que hace tanto que no mojo que no puedo dejar de franelear, disculpáme, no volverá a pasar".
Su frase me dio pie: "Asi que no cogés hace rato, bebé. Estás como yo. Si te digo hace cuanto no garcho no lo vas a poder creer. 
Ahí me solté de lengua y le dije que hacia diez años que nada. Y me reí picara y seductoramente....
Tenemos la misma necesidad, entonces dijo él y nuestras miradas quedaron flotando en el ambiente, insinuando lo que se avecinaba. 
Tras unos segundos de un cruce de miradas cómplices, los dos dijimos: "Pinta?, te va?, lo hacemos?.....
Y fue entonces cuando nuestros cuerpos se volvieron a juntar. Nos abrazamos y nos empezamos a franelear otra vez. Nos excitamos y nos empezamos a susurrar cosas al oído: 
"Te quiero coger mamita", me dijo y casi que se me estremeció el cuerpo. 
"Yo también bebé, quiero tener sexo con vos esta noche", le contesté. 
"Hagamos un pacto de amor secreto", dijo mi hijo. "Somos grandes, estamos recalientes, nos gustamos, nos queremos, podemos compartir una noche de sexo consensuado, como compartir un viaje, una comida, un vino. Somos amigos además. Te amo, secreto ...