ESTUDIANTE Y PROFESORA - Relatos Eróticos

ESTUDIANTE Y PROFESORA

... mano y enfilé con el glande. Empujé penetrando en ese maravilloso túnel.
-¿La sentís, preciosa? Te metí la cabezota de la pija. Entró perfecta. 
-Si papito, la siento. Es rico. 
-Vas a ver qué lindo es cuando te la meta toda…
	Empujé lentamente. Peggy gemía despacito. La concha se dilataba en la medida que el tronco entraba. Llegué al himen.
-¡Ay! ¡Me duele un poquito! 
-Enseguida pasa mi amor. – La tomé de los hombros y perforé la conchita hasta el fondo.
Peggy gritó fuerte. Ofelia la tomó de la carita y la besó. Me quedé quieto unos minutos con la pija bien al fondo. La nena tiene muy buena apertura y dilatación. Gemía despacito. Se la fui retirando lentamente, un poquito, y volví a entrar, así varias veces. Peggy se apoyaba en sus brazos, pero era Ofelia quien la sostenía. Se la saqué casi hasta el glande y la volví a enterrar. Comencé con un suave y rítmico mete y saca. En un momento, varios minutos después, Peggy comenzó a participar, acompañando mi vaivén con sus caderas, sin despegarse de mi pubis… 
-Ay…, sí…, me gusta… ¡Me hago! – Peggy tuvo su orgasmo. La conchita latía y apretaba la pija. - ¡Que rico, Dani! ¡Ofelia tiene razón! ¡Tener tu pija adentro es tan lindo!   
-Ahora vas a ser muy feliz, preciosa. Cada vez que Dani te la meta, te vas a sentir en el cielo. – Enriqueta daba su “esclarecedora” opinión. La conocía muy bien.
-Sííí…, tía… ¡Si, veo cómo te gusta! ¡Y a Ofelia también! ¡Yo también puedo jugar con Dani!
-Sí, mi amor, todo lo que quieras… ...

... - Las tres mujeres estaban “empatadas”.  
	Seguí un rato más con el mete y saca en esa postura. Las chicas la aprovecharon muy bien. Enriqueta se puso en cuatro frente a la cabeza de Peggy, y ésta no dudó un segundo de tomarse de sus glúteos, abrírselos y chupar con fervor. Ofelia se acostó boca arriba, con su ingle a la altura de la boca de la “tía”, quien chupaba y lamía con ganas. Tanto ellas como yo estamos muy felices. 
	Luego de los respectivos orgasmos de las hembras, resolví cambiar de postura y me acosté boca arriba. Peggy se ensartó sin dudar. Sin duda, lo había visto antes. Queta se acuclilló sobre mi cara y lamí lo suficiente para nuevo orgasmo. Ofelia tirada sobre la cama, entre mis piernas, chupando y lamiendo mis huevos, el culo y la pija, en la medida que salía de la concha de la nena…, y no quedaba afuera el culito de Peggy. ¡Llegaron nuevos orgasmos! Enriqueta y Peggy no demoraron nada. Ofelia hizo levantar a Peggy. Le chupó lo suficientemente bien y prolijo que le dejó los muslos perfectamente limpios.
-Vení, vamos al baño… Te voy a preparar el culito para que Dani te la meta.
-¿Duele eso?
-No, para nada. – Ofelia sonrió y nos miró, mientras Queta se preparaba para montarme, directamente en el culo. - Venimos enseguida.
	No sé qué tan “enseguida” sería, dado que abrirle el culo a Peggy debería ser trabajoso. Sin duda la tía esperaba que le llenara el culo, pero yo quiero reservarme para los agujeritos de Peggy, dado que ella es debutante. No quiero ...