Relatos eróticos esposos cómplices cap 110 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 110

... pensamos que chupar 10 vergas es poco, pero cansa teniendo que ayudarla con algunas vergas.

Mec : Qué comentarios más te dió tu hija ?

Yo : Tienes un trabajador negro que le mide 22 x 4  ?

Mec : Hay 2 negros, no sé cuál será.

Yo : Después hay uno que la tiene bien doblada.

Mec : No sé quién podrá ser.

Yo : Después hay un viejito qué no la tiene dura, pero tiene unos huevos qué le llegan a la rodilla.

Mec : Ése es don Teófilo qué tiene más de 60 años.
Tu hija se animó a cachar con alguno ?

Yo : No, ella está contenta con ésto, más bien no creo qué sóla pueda con las 10 vergas, voy a tener qué seguir ayudándola.

Mec : Está bien mi amor, con tal de que no las descubran y no te acuestes con ellos yo no tengo problemas.

Ésta vez el anal fué poniéndome a 90 grados y agarrándome a la cama resistí sus empujones hasta qué se vació en mi.

Volvimos a mi casa y bajando las cosas vimos a mi marido tirado en el mueble borracho roncando dando un muy mal aspecto qué mi hija disculpó muy sensualmente con el mecánico.

Así pasaron las semanas viendo a mi hija más tranquila chupando las vergas cubriendo su curiosidad y aumentando nuestras cuentas bancarias.

Mi relación con el mecánico se asentaba más y la de mi esposo se deterioraba cada día más.

A los meses mi hija me pidió probar una verga entre sus piernas simulando una relación sexual sin penetración hasta que ella suelte sus orgasmos y él le deje la leche entre sus piernas.

Hablé con él ...

... mecánico qué muy  contento aceptó a condición que yo esté presente.

El día convenido nos fuimos los 3 a un hotel en dónde mi hija demostró lo mucho qué aprendió en el taller llegando a ponérsela dura y después ella echada y él encima se movían al mismo ritmo hasta que después de 10 minutos se vió la satisfacción de mi hija y la del mecánico qué al salirse a un costado pude ver sus piernas de ella llenas de leche.

Descansamos abrazados los tres y a la hora poniéndose boca abajo y de la misma forma le dejó las nalgas llenas de leche.

Volvimos a descansar por una hora en qué echada en la cama con mis piernas en su espalda sentí el entierro de su verga en mi conchita, pero más lo sintió mi hija que dió un grito, yéndo a sobar mi cabeza mientras nos movíamos cómo salvajes hasta qué nos vaciamos los dos, quedando felices los tres.

Después de repetirlo mensualmente   mi hija decidió vender su virginidad vaginal y anal pensando en irse a vivir sola al no soportar el mal trato de su padre.

Hablé con el mecánico quien por ayudarla y cuidarla para qué no le hagan daño ofreció 20 mil sí es qué yo aceptaba.

Así fué qué al salir mi esposo salimos nosotras y encontrándonos con el mecánico nos fuimos a un hotel campestre.

Llegando nos cambiamos entrando un rato a la piscina para después tomar desayuno y en el cuarto completamente desnudos ví a mi hija arrodillada chupándole la verga hasta qué se le puso bien dura.

Después la ví abierta de piernas saltando en la cama soltando ...