ME PASA DE TODO - Relatos Eróticos

ME PASA DE TODO

... sientoooo! ¡Qué acabada! ¡Qué calentito! ¡Cuánta lechita! ¡Papi, sos genial!
	Con cada una de mis embestidas generaban nuevas exclamaciones de Adela.
-Dani, por favor, sacásela despacito. ¡No te muevas Ade! ¡Te voy a chupar! – Sara prefiere chupar el semen del culo, que el flujo de la concha.
	Hice lo que me pidió. Me retiré despacito. En unos segundos comenzó a gotear semen. Se deslizaba por la raja entre los glúteos y llegaba a su concha, donde chupaba Sara. Me levanté, sin dejar de admirar la chupada de Sara. ¡Entre las chicas, el sexo es pura belleza! 
Las dos se acomodaron en la cama. Adela se puso de espaldas y Sara subió sobre ella poniéndole la conchita en la boca, mientras se instalaba para chupar la de Adela. Un nuevo 69, pero invertido. Varios minutos chupándose mutuamente, separándose solamente para gemir o suspirar. Se metían los dedos, dos o tres, y se los chupaban con frecuencia.
Ya cubiertas de sudor, Adela se arrodilló sobre la cama y atrajo hacia ella a Sara. Abrieron sus piernas y se entrelazaron, poniendo en contacto ambas conchas para refregar.
La habitación se llenó de sonidos y gemidos de dos mujeres. Los besos acompañaban los movimientos. Labios vaginales y clítoris motivos del mutuo juego. Las tetas se juntaban y los pezones se rozaban, rosas y muy duros. La calentura no tiene límites.
-¿Qué tal Dani? ¿Te gusta? – Sara me mira sonriendo.
-Son increíbles. Súper calientes. ¡Los muslos chorreados!
-Estamos muy calientes, tenemos las conchas ...

... llenas de jugo. Esperamos que colaborés con nuestra calentura.
-¿Nos ayudás papito? - Adela tendió la mano.
-Siempre dispuesto. 
	Las nenas se colocaron en un muy buen cuatro patas, con el culo bien dispuesto para gozar de la vista de ambas conchas…, a cuál más hermosa. Mis dedos entraron en ambos agujeros, moviéndolos para gozar de sus fluidos. Es muy rico sentirlas así, dispuestas a todo…
-¡Qué deliciosas almejas! ¡Es hermoso tener amigas tan dispuestas!
-¡Siempre para vos! Rebeca fue muy explícita…
	Reemplacé los dedos por mis labios y mi lengua. A una y a otra. ¡Juguitos tan hermosos! Estuve varios minutos comiendo a una y a otra. Les di suaves palmadas en los glúteos, más que nada para escuchar el ¡plaf! ¡plaf!, y cambiamos de postura.
	Es el momento de tenderme en la cama. Sara se montó, conduciendo la pija directo al culo…, ¡hasta el fondo! Adela se acuclilló sobre mi cara para que mis labios y mi lengua lamieran y chuparan, entrando con toda la lengua en el hoyito recibidor de pijas.
	Las hembras no dejaban de gemir.
-¡Aaahh! ¡Qué rico…! ¡Qué rico… papi! – Ambas están de acuerdo.
Sara y Adela se veían frente a frente. Comenzaron a besarse y chuparse los pezones, entre gemidos y gritos. Yo chupaba a Adela con feroz determinación, buscando sus permanentes orgasmos. ¡No dejaba de acabar y gemir! Chorreaba sobre mi cara y sus muslos. Sara cabalgaba enérgicamente, moviéndose y apretando la concha sobre la pija. 
Volvimos a cambiar de postura. Sara se recostó en la ...