1. LA ESTRICTA ABUELA ISABEL. DISCIPLINA. PARTE I


    Fecha: 30/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: sumisso22@yahoo.es, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... sin ellos. Los retorció y estrujó propinándome un dolor terrible. El grito se hubiese escuchado en todo el pueblo si no fuese porque me tapó a la vez la boca con su otra mano enguantada. Trató mis testículos como un vulgar trapo al que escurrir. 
    
    -	Hhhhhhhhhmmmmmm  - Me quejé del dolor que me producía apretando y estrujando de aquella manera mis huevos. Aunque su otra mano de goma amortiguó mis gritos.
    
    -	Estate quieto y pon las manos a la espalda o te quedas sin huevos… si aprieto un poco más plooooffffff revientan -  Me indicó amenazándome. Obedecí de inmediato dolorido y a la vez humillado por la situación. Olfateé un olor fuerte y rancio proveniente de sus guantes de goma de color rosas. Estaban terriblemente sucios, se pasaba el día con ellos, limpiado todo con ellos enfundados, incluso el wc, el olor era muy fuerte. Os puedo asegurar que si al ser agarrado de aquella forma tan fuerte, no intenté nada, estaba inmovilizado. 
    
    Sacó unas esposas de metal del bolsillo frontal de su delantal. Quedé perplejo, no comprendía que hacía la abuela Isabel  con unas esposas de metal. Cerró las esposas en mis manos colocadas a mi espalda. Pasó una argolla de las esposas por mi mano, levantó mis brazos hacia atrás y la otra esposa la paso por el cabecero de la cama para después colocarla en mi otra mano. Me esposó las manos a la espalda y levantadas hacia atrás sujetas al cabecero de la cama. Quedé inmovilizado en un momento en una incómoda posición. 
    
    -	Ahhhhh ahhhhh me hacen ...
    ... daño las esposas – Me quejé por la dureza con la que había cerrado el metal mordiendo mi piel.
    
    Su respuesta fue inesperada. Observé un extraño movimiento y acercó un trapo blanco a mi boca. Al instante deduje lo que había sucedido. La abuela Isabel metió su mano enguantada por debajo de su delantal y bajó sus bragas por sus piernas hasta sacarlas por sus pies. Estrujó las bragas blancas entre su guante de goma y las acercó a mi rostro. No era un trapo, ¡¡ eran sus bragas sucias ¡¡  Tapó mi nariz con una mano y al abrir la boca para respirar introdujo sus bragas sucias hasta el fondo de mi boca, de tal forma que parecía que iba a tragarlas. Se aseguró forzando con sus dedos enguantados que quedaban hasta el fondo tocando mi campanilla.  Sacó de la bolsa un rollo de cinta americana de color gris y comenzó a rodear mi boca, rostro y cabeza con ella. Una vuelta, dos vueltas…. Cinco vueltas, se aseguró que quedase bien apretada la cinta y no pudiese liberarme de ella. 
    
    Ahora mi boca saboreaba sus bragas sucias, era un sabor fuerte a orines y restos de ano. Me sentía completamente humillado. Una vez esposado en aquella incómoda posición y amordazado, no tuvo ningún problema en atarme los pies con una cuerda al cabecero trasero de la cama. Estaba completamente inmovilizado bocabajo en la cama sin poder mover un milímetro de mi cuerpo. Estaba completamente humillado. 
    
    
    La abuela Isabel sacó de la bolsa que portaba una correa de color marrón. Era una correa gruesa de mujer, ...
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