1. LA ESTRICTA ABUELA ISABEL. DISCIPLINA. PARTE I


    Fecha: 30/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: sumisso22@yahoo.es, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... un complemento para la cintura de una señora. Era gruesa y larga. Me enseñó la correa acercándola a mi rostro. Apenas podía girar la cara debido a la incómoda posición. 
    
    -	Estoy segura que nunca te han roto el culo a correazos…. Para todo hay una primera vez….. te aseguro que vas a lamentar tus palabras -  La abuela Isabel se colocó a un lado de la cama y anudo la correa sobre su guantes de goma. Intenté escapar o gritar, pero no era posible, estaba completamente inmóvil y amordazado saboreando un olor muy fuerte de su mordaza sucia.
    
    -	Es inútil que intentes escapar, me he asegurado que no puedas hacerlo. No vas a ir a ninguna parte. Ohhhhh no puedes pedir ayuda a tu mamaíta….. no te va a escuchar, está en la planta de abajo durmiendo y tú no puedes decir nada. Ahora te voy a enseñar a respetarme y obedecerme …. Escucha con atención estúpido cretino…. Te voy a dar 100 correazos… tandas de diez azotes, iré aumentando la dureza en cada tanta… llegará un momento que será insoportable el dolor… y tu calladito sin decir palabra y quietecito… aprenderás a obedecerme y respetarme. Te juro que voy a hacer de ti un hombre…. Va a ser una noche muy larga para ti. – La abuela Isabel agarró con dureza la gruesa correa marrón entre su guante de goma  y…
    
    
    ZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSSSSSSS Sentí un dolor intenso en la piel desnuda de mi culo. Un volcán en erupción quemaba mi piel. 
    
    
    ZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSS    volvió a azotarme con ...
    ... la misma intensidad, recibí de nuevo el mismo dolor, sin poder quejarme ni moverme. Descubrí el dolor que puede producir una correa de piel sobre el culo desnudo. 
    
    La azotaina era dura, nunca había sido azotado, la correa quemaba la piel y producía un fuerte dolor. Os aseguro que ese dolor inicial no fue nada comparado según aumentaba el número de correazos. Cada azote, cada correazo, me producía un dolor intenso, ahora estaba pagando todo mi comportamiento hacia la abuela Isabel. Cada correazo sobre mi culo dolorido aumentaba el dolor. La tercera tanda de correazos fue dura, la cuarta lo fue aún más, pero la quinta empecé a llorar.  Terminó de propinarme los primeros 50 correazos y las lágrimas escaparon de mis ojos. 
    
    Me encontraba dolorido y humillado. No podía hacer nada, no podía mover un milímetro de mi cuerpo, solo recibir cada nuevo azote en silencio y quieto. No se escuchaba nada en la habitación estando amordazado , solo el silbido de la correa y la abuela Isabel contando cada nuevo correazo.
    
    -	Cincuenta….. tomaremos un descanso – La abuela Isabel colocó una silla al lado de la ventana. Se sentó y agarró mi paquete de cigarrillos que estaba sobre la mesilla de madera junto a la cama donde estaba inmovilizado y amordazado. Encendió un cigarrillo y comenzó a fumar sentada en la silla cómodamente con sus piernas cruzadas al lado de la cama. ¿la abuela fumaba?
    
    -	A partir de hoy vas a respetarme….me trataras como señora Isabel…. Vas a obedecerme  en todo sin ...
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