Martha La directora de la escuela de San Fernando capitulo 2 - Relatos Eróticos

Martha La directora de la escuela de San Fernando capitulo 2

... una toalla sanitaria manchada de sangre, orgullosa se la mostro a su papá ‐ Mira esto—orgullosa la mostró ‐ ¿Es lo que creo? ‐ ¡si! Ya me bajo, ya soy mujer, ¡Ya me puedes embarazar! ‐ Hija te amo Se abalanzó sobre ella y la beso metiéndole la lengua, apenas si le dio tiempo de hacer a un lado la mano que sostenía la toalla; ella cerró los ojos y aflojo sus labios para que su papá disfrutara de ellos a plenitud. ‐ Espera deja voy por la cámara Dijo su papá y se separó rápidamente de ella dejándola con los ojos cerrados y la boca abierta, ella lentamente abrió sus ojos y cerró su boca sonriendo feliz y más sonrió cunado lo vio regresar casi corriendo con su polaroid en la mano. ‐ Di whisky ‐ !Whiskyyyy! “Flash”, la cámara disparo capturando a una sonriente Martha sosteniendo la toalla muy cerca de su rostro, esta pequeña familia disfuncional celebraba de otra forma los eventos normativos, en una familia normal no le tomarían fotos a la toalla como un bello recuerdo, pero aquí las cosas eran diferentes; el papá dejó la cámara a un lado y se abalanzó de nuevo a su adolecente hija, la cargo y la arrojó a la cama, la toalla mancha de sangre cayó al piso, la sangre escurría un poco de su raja, era su menarquía por lo que no sería abundante, pero si lo suficiente para “gotear” y manchar cualquier cosa a su paso. ‐ Papá, voy a manchar la cama ‐ Eso quiero mi amor, que manches de sangre la cama, como la primera vez; ¿recuerdas como fue tu primera vez? fue precisamente aquí, esa ...

... mancha duró un mes en la sábana, tu sabes todo lo que me excitaba verla ‐ Si papi, si me acuerdo, recuerdo sorprenderte un día oliéndola ‐ Jajaja, pilluela me espiabas ‐ Solo un poco La adolecente Martha se relamió los labios, estaba acostada recargada sobre sus codos, con las piernas flexionadas y abiertas, tal como una posición ginecológica, como si su padre fuera su ginecólogo, mostraba su raja que escurría sangre, ese tampoco sería el espectáculo que una hija debe dar aun padre, pero su papá se excito en demasía viendo eso. Martha desde su posición miro como su padre se quitó la camisa, su frente sudaba, su pecho también, respiraba agitado, su mirada estaba nublada, era como si su alma hubiera salido de su cuerpo y solo fuera un animal en celo, con la misma lentitud se bajó el pantalón, quedó solo en bóxer de algodón, su pene abultaba mucho, tomó el elástico y los bajo; su pene brinco al ser liberado, la erección hacía que su glande estuviera separado del cuerpo al mismo nivel que su abultado vientre, no era el mega pene, pero para una niña era una monstruosidad; tomó su pene y lo meneo mirándola a los ojos ‐ ¿Recuerdas cuando te rompí la primera vez?—pregunto refiriéndose a la desfloración de Martha ‐ Si papa, me dolió mucho ‐ Si, recuerdas como gritabas cuando te penetraba ‐ Si, fuer el dolor más horrible que haya sentido en mi vida—la respiración de Martha se aceleró ‐ En esa misma posición estabas cuando te penetre y te rompí, te había dedeado y chupado tu raja por un mes ...