1. Luis, Jacobo y un verano 20 Buscando nuevos placeres


    Fecha: 24/11/2018, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... de la cena subieron a su habitación, Jacobo y yo pasamos al salón para ver televisión y hablar de lo que habían hecho a la tarde y de la peli que habían visto. Nos estábamos lavando la boca, Julio se había dado una ducha y tenía el pelo mojado, se lo había vuelto a cortar dejándose menos de un centímetro, un claro contraste con el mío tan largo. -Me han dado recuerdos para ti. –dejé de cepillarme los dientes para mirarle extrañado a través del espejo. -Eduardo. -fue la contestación a mi muda pregunta. -¿De qué lo conoces?, parecía muy interesado por ti. –no había ningún misterio que ocultar. -Hablados en alguna ocasión Jacobo y yo con él, cuando fuimos al pueblo, además es amigo tuyo. –él se calló y yo también. No me interesaba seguir esa conversación, quería que me pidiera que durmiera con él, aunque fuera para hablar y no lo hizo. Se despidió y se fue a su habitación. No estaba dispuesto a que me estropeara mi regalo sorpresa y fui a mi habitación para recoger el tanga y mi traje de dormir. Volví al baño. Lavé bien mi culito por dentro y por fuera. Me apliqué crema en abundancia introduciéndola con mis dedos y me perfumé. Por fin llegó el momento de colocarme el tanguita haciendo que la tira se me introdujera por la hendidura de las nalgas y no se viera. Ensayé varias posiciones delante del espejo, algo de mi verga y el bulto de los testículos se me notaba, pero tirando el culito para atrás resultaba casi perfecto. Solté mi pelo y lo aireé para qué tapara parte de mi cara. ...
    ... Mordí mis labios para que se pusieran más rojos y me miré en el espejo adoptando la pose que me había gustado. Me vi guapísimo, o guapísima, solo me faltaba tener algo de tetitas de mujer para pasar por una chica y muy bonita, los reflejos dorados de mi cabello dulcificaban más si cabe mi cara. Me puse el traje de dormir y me encaminé a la habitación de Julio, tenía como siempre la puerta entornada y sin luz, temí que ya estuviera dormido aunque no había tardado tanto. La luz que entraba por sus ventanas era suficiente para ver su cama y a el tendido y tapado con el edredón. Llegué hasta él, el brillo de sus ojos reflejando la luz me dijo que aún no dormía. -¿Puedo dormir contigo, o no te apetece? -puse mi más dulce voz de niño pequeño y mimoso y él, por toda respuesta, se apartó para dejarme sitio y retiró el edredón, estaba desnudo lo que pude ver de él. Encendí la lámpara de la mesita y cerró un par de veces los ojos deslumbrado, esperé a que se repusiera, me quité la chaqueta del pijama, el pantalón y me coloqué en la posición que me gustaba y ocultaba mi aparato reproductor. Le vi abrir los ojos, ¿asombrado?, ¿deseoso?, ¿atónito? Su mirada encerraba muchas cosas y su sonrisa también, animado seguí contoneándome y exagerando las posturas que adoptan las chicas hasta que se sentó en la cama, apoyando la espalda en el cabecero para mirarme mejor. -¿Qué te parezco? ¿Estoy bien? Sujeté con coquetería mi barbilla lanzándole un beso. –era la mejor representación de púber putita ...
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