RAZÓN PARA TENER BOCA - Relatos Eróticos

RAZÓN PARA TENER BOCA

... dos autos y una pareja caminando…
-¡Vaya!  ¡Qué asistencia! – Diana se asombró. - ¡Estará completo!
-No hay problema. Tengo reservada la mejor habitación.
La mejor de la mejor, en el segundo piso, con jacuzzi, cuatro pantallas con cuatro películas porno distintas…, y cinco cámaras discretamente ubicadas, que filmarán lo mejor de lo mejor de nuestra cogida. Es el recuerdo que tendré…, y que, según las reacciones de Diana, podrá ver también como recuerdo, o como la inspiración para nuevos encuentros. Veremos qué pasa.
Entramos lentamente, tanto como lo posible…, para hacerlo más deseable… Nos besamos…, no podía ser de otra manera, con suavidad y ternura; no hay fuego todavía. 
Fui con mis manos a la blusa, a los dorados y brillantes botones. En la medida que los desprendía, rozaba con mis palmas las generosas tetas – más de 110, calculo yo -, mientras Diana se apretaba contra mí, en una manera de sentir mi bulto en su entrepierna. El medio corpiño deja libre la mitad superior de los globos y los pezones. A ellos fui, con besos y lamidas. Ella inclinó su torso hacia mi boca, mientras aflojaba desde la espalda lo que queda de corpiño. No terminé allí. Levanté uno de los globos y lamí la transpiración bajo él. Luego fui al otro. Diana acariciaba mi cuello. Mi mano libre, la que no sostiene en alto el globo que estoy chupando, aprieta un glúteo. Su entrepierna presiona la mía, cálida y húmeda. La calentura acompaña ambas actitudes. Diana se refriega sobre mi bulto. La pija ...

... está rígida. Nos miramos a los ojos, ávidos de lujuria y deseo. 
Entonces sí. El beso fue salvaje. Las lenguas luchaban a muerte. Mis ambas manos fueron al culo y apreté. Diana tenía sus manos sobre mi camisa. Me la sacó sobre la cabeza. 
Desprendió el cinto, abrió el cierre y bajó el pantalón, junto con el bóxer, todo de una. La pija saltó ardiente y húmeda. Sus labios rodearon el glande mientras la lengua recogía el precum. Lamió la pija desde la base a la hinchada cabeza. Nos acomodamos para estar más cómodos. Retiró completamente mis zapatillas, el bóxer y el pantalón. Yo le saqué la blusa. Los pezones duros y erectos. Ella lo completó retirando su pollera. No tiene tanga. Ambos quedamos en bolas. Me senté en el borde de la cama y Diana se arrodilló entre mis piernas. Le alcancé una almohada para que las pusiera bajo las rodillas. 
Su mano comenzó con una suave paja. Guio la pija al interior de la boca, hasta el fondo…, masajeando los testículos. Con la lengua recorría el tronco desde la base a la cabeza. Envuelve el glande con amorosas lamidas de lengua. Trataba de introducirla en el meato… ¡sensación tan linda!
	Yo acariciaba y amasaba sus tetas con ambas manos. ¡Qué ganas de mamarlas! ¡Tetas tan exquisitas!

Seguía dándome una de las mejores mamadas. Ya describí su magnífica maestría. Decidimos cambiar de posición. Ella se sentó en la borde y yo me paré frente a ella. Quedé con la pija a la altura de su boca. Diana continuó mamando mientras yo acariciaba su cabello ...