1. Los calzoncillos de mi compañero de piso


    Fecha: 25/11/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... COLADO DENTRO CABRÓN..., SIENTO EL ANO ASÍ DE GORDO... – diciendo esto tocó con la punta de su pulgar la punta de su índice formando un círculo y yo al mirar ese agujero que hacía con la mano e imaginarme su culito abierto me excité y empecé a moverme más.
    
    - ESTO ES LO QUE SIENTE UNA MUJER TÍO..., DESDE LA PUNTA... HASTA LAS PELOTAS... WAP! – y después de sacársela casi del todo le ensarté los 19 cms.
    
    - ...AAAYYYY..., ANIMAL..., ERES UN BRUTO HIJO DE PUTA..., MI CULO TÍO... – yo noté que se había aflojado un poco y que ya no me apretaba tanto la polla, entonces suavemente le hice unos movientos de mete-saca.
    
    - ¿NO TE GUSTA NI UN POQUITO...? ¿ASÍ... DESPACIO..., EH?
    
    - ...AAHHH..., SÍ... ASÍ SÍ..., DESPACIO..., MÁS DESPACIO POR FAVOR...
    
    Me entretuve follándomelo dulcemente un rato hasta que se acostumbró a mi tamaño. Ya no me impedía entrar sino que el camino era suave como la seda. Yo sentía mi pecho pegado a su espalda, mi estómago en su cintura, y me gustaba sentir su piel. Mis brazos encima de los suyos, mis piernas sobre sus piernas, rozándonos los pelitos de unas y otras, era muy íntimo y agradable. Todos los pelos negros y rizados de mi pubis encima de sus nalgas blancas, me gustaba aplastárselos en el culito suave. Su nuca debajo de mi nariz, era un sentimiento muy dulce, me hubiera gustado besarlo pero no me atreví, no quería romper la magia de estar follándomelo con los labios apoyados en su cuello. Pero lo que mejor experimentaba era cómo mi polla se ...
    ... perdía dentro suyo, el resto del cuerpo inmóvil y mis caderas empujando y reculando, una y otra vez, una y otra vez. Me había metido bien dentro de mi amigo y me embelesaba esa penetración. Me enamoraba enterrársela hasta las pelotas y continuar así, con mis 19 cms quietos e inflamados dentro. El pobrecillo comenzó a enternecerme, porque cuando se daba cuenta que lo tenía todo en el interior, comenzaba a recular y movía el trasero en círculos para sentirlo más. Ya sus quejidos eran todos de amor y alzaba las nalgas para que le entrara mejor. Lo dejé hacer, el muy cabrón se enculaba sólo!
    
    Pensar en cómo estaba gozando, hizo que me moviera un poco y él tembló regocijándose y levantó el culo como una perrita. Me calenté mucho y me incorporé para arrodillarme entre sus piernas. Se me salió y ví su cara de lado que me buscaba, que quería que continuara. Se puso de rodillas y apoyó los brazos en el colchón, giró la cabeza implorando con la mirada y en ese momento abrió las piernas y levantó el culo, invitándome a tomarlo. Cerdo! Era mi colega, mi compañero de juergas y de estudios, verlo allí tan entregado y a cuatro patas, invitándome como una puta a que me lo follara, me hizo sentir una rabia caliente y desear castigarlo. Le abrí las nalgas con las dos manos y ví su ano abierto, con todo el esfínter grueso alrededor. Lo escupí con ganas en el centro y le apunté el cipote haciéndolo entrar, su orificio se abría y se abría tragándoselo todo. Me gustaba mirar cómo se hundía mi ...