Mi hermanito
Fecha: 12/08/2024,
Categorías:
Incesto
Tus Relatos
Autor: Fernando, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
MI HERMANITO
Hola, soy Sandra, y os voy a contar cómo he disfrutado del sexo incestuoso con mi hermano pequeño.
Javier tiene 16 años y le llevo 7, por lo que podéis deducir que tengo 23. Esa diferencia de edad lo hizo ser un juguete para mí cuando era un bebé, a la vez que me hizo ser responsable de su cuidado cuando nuestros padres faltaban de casa por sus frecuentes viajes de negocios. Al principio contrataban una niñera o nos dejaban con un familiar, pero pronto me sentí preparada para hacerlo yo. Lo cuidaba, alimentaba, vestía, bañaba… Si estábamos solos dormíamos juntos en mi cama o en la suya.
Mi cuerpo se desarrolló muy pronto, y a los 10 años me empezaron a crecer las tetas de forma generosa, y hoy luzco unos pechos preciosos, aunque quede mal que yo lo diga. Javier tendría unos 4 años el día que, estando juntos en la cama, me dijo que tenía hambre y quería leche de la teta de mamá -sí, todavía le daba pecho de vez en cuando-, y le dije que no podía ser, que mamá no estaba en casa.
—Pues dame de tus tetas, que las tienes grandes y seguro que llenas de leche.
Me eché a reír y le dije que aún no tenía leche, que era una niña y que tendría que ser leche de botella. Insistió, y, por que no se diera un berrinche, acepté y me quité la camiseta dejando mis jóvenes pechos al descubierto. Enseguida se amorró a uno de ellos y empezó a succionar con el resultado esperado: nada de leche podía salir de ellos, pero insistía y sus labios chupeteaban los pezones ...
... proporcionándome un extraño placer que nunca antes había sentido. La petición se prolongó un tiempo, hasta que mamá dejó de darle teta y a mí tampoco me pidió más. Como digo, yo cuidaba de Javi y le bañaba a menudo, y desde bien pequeño observé que tenía un pene muy largo que lavaba con cuidado y descapullaba como me decía mamá que lo hiciera, para evitarle problemas de mayor. Javi se reía cuando se lo hacía, y siempre intentaba tocarme las tetas cuando estábamos desnudos en la bañera.
—Sí tú me haces cosquillas, yo también te hago a ti. Era la excusa que utilizaba, pero sé que se veía atraído por mi físico adolescente.
Dejé de bañarlo cuando tenía unos 6 u 8 años y yo ya no me sentía cómoda desnuda ante él. Además, comencé a experimentar cambios y descubrí el placer del sexo por mí misma, masturbándome a diario, incluso varias veces seguidas.
Tenía una amiga, Clara, con quien practiqué mis primeros besos y toqueteos, hasta comernos el coño una noche tras una fiesta de pijamas en su casa. Fue fabuloso. La inexperiencia de ambas no fue obstáculo para alcanzar los mayores orgasmos que había tenido en mi vida, y siempre que podíamos nos juntábamos para tener sexo.
A los 18 perdí la virginidad con un compañero de clase y fue decepcionante. No me enteré de nada. Él presumía de machote, pero la verdad es que tenía una polla pequeña que no sabía utilizar, así que tras varias experiencias fallidas me desentendí de los chicos y me busqué compañías femeninas que me procuraban muchas más ...