LA BUENA SEÑORA - Relatos Eróticos

LA BUENA SEÑORA

Habían pasado varios días luego de la multirrefregada con abuelita y Maggy; todavía el culito de la nena está en preparación. En eso me llama Amayina. ¡Cosa tremenda! ¡Jajaja! A Maggy la suspendieron tres días, porque la encontraron en el baño con dos chicos; uno se la estaba metiendo, y al otro se la mamaba. ¡Menos mal que todavía no había inaugurado el culo!
	Abuelita había ido a la escuela. ¡La habían citado! No sabía qué hacer, no pudo dar ninguna justificación.
-Está bien, dejá que voy yo. Seré el tío abuelo, o sea tu hermano. - Y efectivamente, fue así.
Le pedí a Soledad, experta manipuladora de compus y simulares, que me averigüe quien es la directora, que característica tiene, su estado civil, su ascendencia y descendencia, y su trayectoria profesional. Con todos los datos ubicados por la encantadora Sole, pagados con un buen polvo, fui a la escuela. Pregunté por la señora Haydé…, la directora. En medio minuto me hicieron pasar a su oficina. Esta señora, de la cual solamente conocía una foto que me había mostrado Sole… ¡era mucho más que la foto! ¡Una tremenda hembra propia de la mitología griega! ¿Viste que Venus no tiene nada de modelo contemporánea? ¡Está absolutamente bien rellena por todas partes! Bueno, la señora Haydé también. ¡Tan voluptuosa como a mí me gustan! Como la abuelita…, y más o menos de su edad. Cabello lacio negro, tomado en un rodete, piel canela, para chupar y lamer toda, inmensos ojos marrones con pestañas y cejas propio de la mitología en ...

... mármol… y no hablemos del cuello para abajo: tetas, culo, cintura, jamones, que no se ven, pero se notan…, para morder…, además de una sonrisa y gentileza de certamen deportivo. Me presenté…
-Sí, me dijeron que es el tío de Maggy…
-Tío abuelo, en realidad, hermano de la abuela Amayina, que es con quien vive Maggy. Le quiero pedir disculpas…, porque la nena fue inducida a esa actitud por mí. – Entré, y sin preguntar nada cerré la puerta. En cuanto comencemos a hablar, la directora sabrá por qué.
-¿Usted?
-Y… si. Yo solamente le hablé que no solamente tenía que portarse bien, estudiar, hacerle casos la abuelita… Hablando de todas estas cosas, Maggy me espetó: “Me gusta un chico”. Yo totalmente ingenuo le recomendé que se lo dijera, total…, bueno una nena no iba a empezar a ser hipócrita a tan tierna edad… - La directora se había sentado. Hice lo mismo. - Pero no fue algo directo. En realidad, jamás imaginé que mis palabras la llevaran a…, bueno, a lo que hizo. Le dije que estuviera dispuesta a estar a su lado, a hablar, conversar, entretenerle…, en fin, a ser alguien absolutamente civilizado. Lo que no sabía, que el chico que le gustaba no es un compañero de grado, sino uno del ultimo grado, tres años mayor.
-Claro, el chico dijo “esta es la mía…” También lo “entretuvo” a él y al otro que estaba allí. 	La directora trataba de ocultar la sonrisa.
-Me imagino. El chico pensó que era algo fácil…, y lo hizo… llevándose al otro. Usted sabe cómo son en el tema de las chicas: ...