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Vanessa
Fecha: 15/09/2024, Categorías: Voyerismo Tus Relatos Autor: Parca, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... un par de gafas redondas con lentes gruesos como las del Sr. Johnson. El anciano se presentó como el señor Robert y le dijo que entrara. Vanessa estaba un poco incómoda y se sentía algo incómoda por su uniforme revelador, pero sabía que tenía que ayudar a estos ancianos y lo siguió. El señor Robert la llevó directamente a su sala de estar y le dijo que se sentara en el sofá. Se sentía incómoda porque el señor Robert sólo vestía bóxers. Ella trató de no mirarlo fijamente y se concentró en su rostro. Robert tenía una sonrisa en su rostro mientras la miraba. Vanessa movió las piernas y miró hacia otro lado. El señor Robert le preguntó si podía ayudarlo con una tarea muy particular y le dijo que tenía que jurar que nunca se lo diría a nadie. Vanessa se preguntó qué quería hacer, pero le prometió que no se lo diría a nadie. Robert le dijo que la razón por la que le pidió que trabajara para él fue por sus hermosas tetas, tenía problemas con sus manos y de vez en cuando tenía que ejercitarlas tocando cosas suaves. Vanessa se sorprendió por la petición y se negó a hacerlo. Robert empezó a quejarse de que le dolían las manos, le dolían las articulaciones, tenía los músculos rígidos y su circulación sanguínea era terrible, pero si ella lo ayudaba con sus ejercicios, podría ayudarlo mucho. Robert le dijo que si sus manos estaban en buenas condiciones, podría trabajar más tiempo y sus manos se sentirían mejor. También le dijo que si sus manos estuvieran en buena forma, ...
... podría hacer sus pasatiempos, como trabajar la madera, y tendría más tiempo libre para jugar. Vanessa se sintió mal por él y quiso ayudarlo, por lo que accedió a su petición. Robert tenía una gran sonrisa en su rostro mientras le decía que sus tetas le ayudarían mucho. Le explicó que tenía que ejercitar mucho sus manos y que tendría que tocarla mucho, le dijo que sus manos son muy sensibles y sentiría la suavidad de su piel. Robert le dijo que incluso un poco de ejercicio podría ayudar mucho y que sus tetas realmente lo ayudarían mucho. El señor Robert tenía una gran sonrisa en su rostro mientras miraba sus tetas. Vanessa no quería defraudarlo y aceptó ayudarlo, pero se sentía un poco incómoda cuando él la miraba fijamente los pechos. Ella se sentó en el sofá, el señor Robert estaba sentado a su lado. Robert le pidió que moviera sus tetas y las frotara, tuvo que ejercitar sus manos. Vanessa no tenía idea de cómo frotarse los pechos podría ayudarlo, pero había prometido ayudarlo y no quería echarse atrás. Entonces empezó a mover sus pechos y a frotarlos entre sí. Robert miraba sus pechos y sonreía. Estaba emocionado y no podía dejar de sonreír. Vanessa no sabía cuánto tiempo tendría que hacer esto, pero siguió haciéndolo. Robert estaba feliz y emocionado. Él estaba mirando sus pechos y sonriendo. Ella se estaba cansando y le dolían los brazos. El señor Robert dijo: -Bueno, es mi turno de frotar tus pechos para ejercitar mis manos. Se paró detrás de Vannesa y ...