1. (4) La alargada sombra de una desconocida


    Fecha: 29/11/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos

    Aunque no me apetecía nada, estaba lleno de datos y algo confuso, no entendí el haber follado con esta mujer y seguir sus deseos, ahora mantenía el penetrador dentro de su boca, parecía que lo paladeaba y era el momento de terminar, no es que despreciara su intención, pero la realidad es que ella desprendía agradecimiento algo impensable en el sexo.
    
    Era de baja estatura y seguramente eso la tenía acomplejada, aunque estaba bien armada, dos pechos interesantes y además su constitución no era desagradable, nada de grasa, su monte de venus era una almohadilla atrayente y además el vello que le cubría estaba cuidado y en cuanto a su sabor, nada que objetar, y según aumentaba su excitación era suficiente causa para proporcionarla placer, ya que movía su cuerpo y su boca dejaba escapar lo que sentía, además lo pedía, por tanto la valoré positivamente, era una buena hembra y lo más importante era que sabía lo que quería y lo pedía.
    
    Con delicadeza aparté su cabeza y el penetrador quedó fuera de su garganta, la tía se lo había metido hasta el fondo. Ella respiraba de forma acelerada.
    
    - ¿Qué ocurre? – Protestó - ¿Hago algo mal?
    
    - No, mi tiempo se ha terminado, y no es el momento de empezar de nuevo.
    
    - ¿No te ha gustado? – Queja.
    
    - No estaba en lo que estabas, pero si he visto la intención, no precisas de subir nota, me gusta todo lo que has hecho, eres una buena hembra que sabe lo que quiere, por tanto follaremos más veces.
    
    - ¿Vamos a desperdiciar este proyecto ...
    ... de erección?
    
    Queja en su tono, ya que mantenía su mano cerrada, y le agarraba con fuerza.
    
    - Repito, el tiempo ha terminado.
    
    - Estoy nuevamente muy receptiva. ¿No lo detectas?
    
    Si, sé que precisas más de un polvo, pero tengo que hacer cosas y la tarde es corta.
    
    - Tío, no te comprendo, ahora preciso otro polvo más tranquilo, es cuando le saboreo, y además tiene que ser más lento, mi deseo es mantenerte dentro de mí y poder sentirte con todo detalle.
    
    - Ya, esto lo podemos repetir, pero otro día y en otro lugar, este sitio me desconcierta un poco.
    
    - A mí me pone, ya que no has sido tosco, y aprecio tu delicadeza, no me has impuesto nada y me has follado según mi deseo.
    
    - No insistas, por cierto preciso lavarme.
    
    - Este almacén dispone de servicio, aunque no tiene bidet, pero si una pileta, sirve y dispone de agua caliente y por otro lado, hay un escondite donde guardamos algunos secretos para lavarnos la vulva, te servirá.
    
    Me soltó con cierta desgana y nos adentramos en el almacén, en una de las esquinas había dos puertas, una de ellas era el servicio, cerró la puerta y encendió la luz, y si, era verdad, lavabo, inodoro y una pileta, podías ponerte de pie dentro y los grifos estaban altos, y si, servía, ella me señaló un estante, allí había esponjas y diferentes botellas de gel, y…
    
    - Me gustaría que me lavaras.
    
    Dijo agachada, en cuclillas, apuntándome con su vulva y se recostó en la pared y sus dedos separaron los labios de la vulva, un hilillo ...
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