1. (4) La alargada sombra de una desconocida


    Fecha: 29/11/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos

    ... un hombre, sentí protección, y eso reforzó algo que guardo como un tesoro.
    
    Estaba perdido, no entendía nada y tuve el temor de hablar, podía estropearlo todo. Era cierto que la abracé, pero lo hice con cuidado y sin pensarlo, fue involuntario, ninguna mujer aceptaba abrazos y además tampoco los sentía.
    
    - El que calla otorga, y si no te lo digo reviento.
    
    Hizo una pausa, respiraba muy deprisa y poniendo sus manos en mis hombros me dijo.
    
    - Ni me echaste un polvo ni no me follaste, fue algo más hermoso, me hiciste el amor.
    
    Me dejó sin palabras, sus ojos sonreían, y su mirada era brillante y profunda, y de entre sus labios húmedos escaba fina saliva transparente, sonrió llevando su mano a la boca.
    
    - Mira, babeo, cuando escuchaba esa frase, mi mente se reía, el sexo y el amor no tienen que ver, cierto es que nunca me enamoré, el amor en si es una falsedad, casi siempre su base es el interés material, pero ese calor que sentí me dio que pensar, tu abrazo fue demasiado para mí.
    
    - Por eso quería decírtelo ahora, me amaste despacio, sin prisas, incluso cedías a todos mis deseos, todo de forma delicada, sin brusquedad y también llamó mi atención que no tenías prisa. Todos se daban prisa en terminar, pensaba que les asqueaba, el fondo era mal follar, esa era la realidad y sé que hay gran cantidad de mujeres frustradas por esa causa.
    
    No sabía que decir, vi que era utilizada sin ningún tipo de respeto y ella se había dado cuenta de que tan solo era un agujero ...
    ... donde meter, nada más.
    
    - Mudo, no dices nada, aunque ya lo advertiste. He pensado que mereces una respuesta adecuada a tu pregunta. Y es que si sabré abrazarte, y no lo pensaré, dejaré en libertad a mi instinto de mujer, no, no, de hembra satisfecha y no puedo evitar el agradecimiento, por eso una parte de mí te mira con ternura y no puedo evitarlo.
    
    Seguí callado, no tenía palabras y tampoco las encontraba, mi angustia fue creciendo, al descubrir a una mujer dañada en lo más íntimo de su ser, y que me desnudaba su alma.
    
    - Descifro tu mirada – bajó la cabeza y mirando al suelo siguió hablando – Te he abierto mi alma, mi entrega es total y sé que lo sabes y de que hablo, comprendes sin que me extienda – Me miró de nuevo esbozando una pequeña sonrisa – Y sé que puedo decírtelo, te lo mereces, me has amado y nunca se me figuré que fuera así.
    
    - No sigas, te estás haciendo daño – Dije casi de forma inaudible.
    
    - No, estos momentos me llenan de felicidad, he descubierto algo desconocido, mi cuerpo ya no es el mismo. Jodido mudo, has tomado posesión de mi ser y no me abandona ese placer que has edificado, sigues dentro y puedo revivir esa sensación de abrirte paso lentamente muy adentro.
    
    Aquello tenía que cortarlo de raíz, su mirada empezaba a dañarse. Me senté en el borde la pileta y la senté en mis piernas, mi brazo izquierdo hizo de respaldo en su espalda y ante su mirada confundida por mi silencio, tomé al asalto su boca.
    
    Sus ojos se abrieron mostrando sorpresa, ...
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