1. (4) La alargada sombra de una desconocida


    Fecha: 29/11/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos

    ... te pares! ¡Joder que gusto! – Exclamó.
    
    Junté las dos manos y los introduje entre los dos labios de la vulva, de nuevo gimió separando más las piernas. Llegué hasta el perineo y mi dedo meñique se detuvo en el esfínter del ano, este se movía de adentro a afuera, tenía una especie de movimiento continuado, eso me dijo que estaba disfrutando.
    
    Y ese dedo provocó algo parecido a un gruñido, de nuevo luz verde. Y con las dos manos juntas ascendí entre sus labios menores, su humedad me permitió llegar a su clítoris como es debido, y ambos dedos le rozaron por dos lados, estaba endurecido y su cuerpo respondió con un leve temblor.
    
    Ella movió ficha empujando levemente, pero no hice caso y seguí con esa forma de excitación, mis dedos reconocieron un pequeño prepucio, pensé en un clítoris algo mayor de lo normal, y mi mano derecha recibió la orden de cogerle con dos dedos, algo así como hacen con mi penetrador, aunque ese prepucio era diminuto le moví de afuera a adentro, ella gimió elevando la pelvis, una señal inequívoca de que requería la penetración de forma inmediata. Su movimiento era de penetración, empujaba y retrocedía.
    
    - ¡Tío métemela!, lo necesito, quiero sentirte dentro de mi vagina – Y empujó con más fuerza.
    
    Y llegó el primer orgasmo, jadeó a la vez que tiraba de mis brazos para situarme entre sus piernas, pero no obedecí, yo estaba frío, eso era una forma de castigo sexual.
    
    Y un segundo, ahogó un grito tapándose la boca y esta vez me cogió del pelo, de ...
    ... nuevo tiró de mí, pero la llegada del tercer orgasmo hizo que me soltara y pusiera sus dos manos a ambos lados de su cuerpo, se sujetaba en el banco, pataleó ligeramente y rogó.
    
    - ¡Para! No puedo aguantar más.
    
    Obedecí en parte, mis dedos se separaron y se adentraron siguiendo el fino y duro cordón que adentraba en su interior, en ese lugar el estímulo es más leve y ella de nuevo gruñó, mi intención era que eyaculara, pero no todas lo hacen y esta parecía ser una. Tuvo un estremecimiento más fuerte y su cuerpo se relajó tampoco supe que la ocurría, era una tía diferente en muchas cosas que la perjudicaban en ese sentido. No seguí.
    
    Tenía los ojos cerrados y gemía débilmente, su cuerpo se estremecía de forma intermitente, esperé resultados. Abrió los ojos despacio, me miró de mala forma apretando los labios y se acercó hasta que nuestros rostros quedaron casi juntos.
    
    - Le diré que se vaya desnudando, que vamos para su mansión y que voy malfollá. Sigue ¡Por favor métemela!, debí hacer caso a la exploradora.
    
    - No, todo está cambiado y no soy un robot, el sexo exige sus condiciones. Sobre todo orden.
    
    - Estás equivocado, ella todo lo cambia.
    
    - No en este caso, dila que no habrá sexo, es la primera toma de contacto, ya quedaremos para firmar esas condiciones.
    
    - No seas iluso, antes querrá tener datos sobre tu comportamiento, y saber que mercancía va a comprar, lo más seguro es que te pajee antes de separar las piernas.
    
    - Entonces hay cambios, antes de vernos ...