1. Inflexion anal.


    Fecha: 04/12/2018, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    "Yo no soy gay” se decía, pero siempre le habían provocado un gran morbo las chicas – ¡con sorpresa entre las piernas! – y por timidez o falta de sinceridad, nunca se atrevió a decírselo a Jana, su novia. Así, lo que aconteció aquel finde -a partir de ahora WE- supuso un antes y un después, un punto de inflexión en sus relaciones y, lo más importante, ¡en su jodida vida!
    
    Jana había quedado en salir todo el finde -¡WE!- de despedida de solteros y luego de boda con sus amigas y amigos, y no volvería hasta el domingo. Así que se despidieron haciendo un impresionante 69, metiéndose los deditos en el ano el uno al otro, luego echando el clásico polvo, para terminar rompiéndole el culo, eyaculándole todo, todo dentro, como a ella le gustaba, él muriendo de envidia al oírle chillar desgañitada:
    
    - ¡Me pones, me matas! ¡Sigue así, no pares, dame más fuerte, hasta partirme! – y se meaba y se corría en abundante squirt (*).
    
    Viernes tarde
    
    Vestida súper despampanante, de auténtico putón verbenero, contoneando el culazo, con la falda manchada, sin que yo le advirtiera de nada, se despidió de mi plantándome un sonoro beso en los morros, diciéndome:
    
    - ¡Ciao cari! ¡No seas mala y pórtate bien! ¡Limpia y arregla la casa para mi vuelta, que ya verás el sorpresón que te traigo!
    
    Y pasado el prudencial tiempo de respeto, por si había olvidado algo y regresaba, desde que escuché cerrarse la puerta tras ella, como siempre me había atraido la lencería femenina, empecé a probarme ...
    ... las prendas, tiradas por el baño, amontonadas en el cesto de la ropa sucia, luego las más delicadas, limpias y perfumadas de sus armarios y cajones en los que hurgué con sumo cuidado.
    
    Puesto a ello, vestido de nena hasta el último detalle, luciéndome haciendo sugerentes posturitas coquetas delante de los espejos, decidido a probar otras sensaciones, fui a la cocina en busca de un nabo u otra hortaliza que se asemejara a una verga, y encontré una zanahoria medianamente gruesa, medianamente larga.
    
    Luego de enfundarla en un condón, con crema hidratante corporal la lubriqué aún más, también mi ojete y comencé a deslizar poco a poco el vegetal dentro de mi orto hambriento. Al inicio, me incomodó un poco pero traté de relajarme y así lo introduje cuidadosamente hasta el final, hasta lo más hondo que pude. Cuando el dolor punzante pasó y seguidamente se convirtió en placer, continué haciendo mete y saca, a la vez que me pajeaba al mismo compás. Entonces sentí una forma de clímax tan indescriptible y nueva, que hizo que me vaciase del pasado y se encendiese la llama de mis ocultos instintos.
    
    Viernes noche
    
    Después del alucinante descubrimiento que había experimentado, más salido aún si cabe, decidí aprovechar la ocasión que se me había presentado para, aún sin vestirme de mujer, si con un mini slip azul, unas bermudas beige, una amplia camiseta y unas bambas, salir a probar un autentico rabo de carne -¡Je, je, je!
    
    ¿Pero, a donde ir? ¿Quizás a aquél céntrico cine en el que ...
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