1. VIVENCIAS 7 (ROSARIO)


    Fecha: 05/12/2018, Categorías: Hetero Autor: efeso, Fuente: RelatosEróticos

    ... una lujuria desbocada, nos levantamos un poco más, colocándonos de rodillas, mis manos comenzaron a viajar hacia el sur y por primera vez toque esas hermosas piernas de pocelana, subiendo mis manos por la parte interna hasta casi tocar su vagina por encima de su panti, ella entreabría sus piernas para darme acceso total, pero yo solo la rozaba, acaricié hasta el cansancio su piernas y la redondez de su trasero y midiendo con mis manos el tamaño de sus caderas y para su edad rebasaba fácilmente los 95 centímetros que por el contrario de su cintura que contrastaba a sus 60 centimetros. Mis manos fueron a los extremos de su pantis los empecé a bajar, ella entendiendo mi acción, se puso de pie, ofreciéndome la mejor de las vistas, en un instante una ligera mata de vellos negros quedó frente a mi cara, expeliendo un exquisito aroma a sexo que me embriagaba, saqué por completo su ropa interior quedando totalmente desnuda ante mí. Lo sabía, Rosario era una perfecta diosa, era hermosa como ella sola, pero sobre todo, virgen y para mí.
    
    Mi boca se acercó a su cintura para darle unos besitos que encendían su pasión a mas de 1000, y fui dirigiéndome hasta su monte de venus el cual estaba caliente, la jelé para que se recostara y abri sus piernas de par en par para dejar al descubierto una rica raja que emanaba abundantes jugos sexuales, toqué primero su clítoris con mi lengua y eso la volvió loca, jalando mi cabeza contra su sexo, recorrí de arriba a bajo su rajita llegando hasta ...
    ... un apretado culito color café, para entonces ella ya no gemia, casi gritaba de placer pidiéndome más y más, no la hice espera y me di gusto un buen rato besando sus labios vaginales, introduciendo mi lengua en su gruta y succionando su clítoris hasta que logré que alcanzara un orgasmo que la hizó temblar de emoción, seguí con mi juego bucal hasta acercarla nuevamente al éxtasis y decidí que era el momento, entreabrí sus piernas y me coloqué de rodillas en medio de ellas, me quité la toalla y por primera vez quedó mi verga brillante y babosa ante la mirada de Rosario, que por un momento al ver mi garrote dudó, pero la convencí de que lo haría con cuidado, llevó su mano hasta mi verga y la acarició con ternura jalándola y colocándola en la entreda de su vagina, el contacto de nuestros sexos no envolvió en un intenso frenesí despertando en nosotros un deseo incontrolable, mi verga se hundió al instante en esa estrecha cueva, hasta encontrar el pequeño pero significante obstáculo que en ese momento ella me estaba regalando, aguardé un poco para que ella se relajara y comencé a bombear su vagina sin ir más allá de su sello virginal, hasta que ella comenzó a jadear pidiéndome que se la metiera toda, hice cada vez más presión en mis arremetidas, hasta que en una de esas mi verga se fue hasta el fondo de su intimidad sintiendo como ella contraía su utero provocándome una sensación indescriptible que por poco y me hace vaciarme en ese momento, pero me contuve esperando otra vez la ...
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