Carta a María: siempre estarás en mi
Fecha: 08/12/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: TetasCelebres, Fuente: CuentoRelatos
... mejor que lo dejemos.
Y se marchó. Sin más. Estaba jodido y mucho. De siempre había tenido esos problemas de precocidad y, ni siquiera los psicólogos, habían podido ayudarme. La relación cada vez iba a peor. Al principio bastaba con que jugase con ella después de mis corridas. Lo malo que tenía con la polla, lo tenía de bueno con mis manos y mi lengua, pero yo sabía que no era suficiente; algún día se cansaría de mí.
Me puse a llorar como un niño, maldiciendo mi pene y el sexo. Me odiaba y estaba harto de todo. Fui a la cocina e ingerí un par de pastillas calmantes que me recetaron los médicos. Al fin y al cabo la vida seguía y yo tenía que abrir el pub en breve. Fui hasta él pensando en las palabras de mi ya exnovia, y al poco me acordé de ti. Vamos como para ligar contigo, si es que no estabas de coña la noche anterior. Si acabábamos en la cama te destroncharias de la risa.
Una semana después, estaba jugando una partida de dardos en el pub con unos amigos, tratando de superar mi ruptura sin demasiado éxito. Un toque en la espalda y ¡voilà! Ahí estabas tú. Me quedé alelado contemplando tus ojazos, y te reíste…
– Bueno y cuéntame- comentaste tras un buen rato charlando- ¿ Lo arreglaste con tu novia ya?
– Mas bien al contrario; hemos roto.
– Vaya… lo siento… creo.
– Ya se veía venir; sabía que no aguantaría mucho mis problemas.
– ¿Problemas? Puedes desahogarte si lo deseas.
– Bueno verás… creo que no eres la persona indicada. Apenas te conozco y es ...
... algo muy íntimo.
– Mmm… eso me encanta soy un poco cotilla jejeje. No, en serio, puedes hablar. Seré una tumba y te vendrá bien.
– En fin sí quizá tengas razón. Para que me entiendas bien, te voy a contar todo desde el principio
“Hace ya tres años, Rebeca y yo decidimos que era la hora de perder la virginidad. Todo estaba bien preparado. Solos, una cena increíble… besos caricias… nos quitamos la ropa y empezamos a explorar nuestros cuerpos. Los dos estábamos muy nerviosos, pero yo enseguida estaba empalmado y por la tremenda humedad de su coño, comprendí que ella estaba igual de caliente que yo. Cogí un preservativo y me lo puse, ella me cogió le pene y lo acercó a su agujero, acariciándose y pasándolo de arriba abajo. Yo inexperto, nervioso y muy muy caliente, me corrí sin ni siquiera haberla penetrado. Era la primera vez, así que no le dimos mucha importancia y mientras me recuperaba, comencé a lamerle el conejito. Pase mi lengua por toda su raja de arriba abajo como había visto en alguna peli porno y cuando descubrí su botoncito, jugueteé con él. Ella respiraba fuerte y no paraba de moverse y gemir, por lo que me imaginé que no lo estaba haciendo mal del todo, sobre todo teniendo en cuenta que era mi primera vez. A todo esto yo ya me había repuesto y tenía otra vez la polla bien dura y dispuesta, por lo que me deje de lengüetazos y pase de nuevo a ponerme un condón. Rebeca pedía a gritos ser follada y yo lo estaba deseando. Así que rápidamente la empalé. Para mi ...