Carta a María: siempre estarás en mi
Fecha: 08/12/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: TetasCelebres, Fuente: CuentoRelatos
... sin que la hinchazón hubiese desaparecido del todo, mi polla comenzó a crecer de nuevo, tus ojos brillaron al igual que los míos, ardientes ambos de placer.
– Segunda fase completada con éxito: corrida y reanimación conseguida. Prepárate porque ahora empieza la tercera fase: 69 completo.
– Jajaja eres increíble María.
Te tumbaste sobre mí, poniendo tu coño a escasos centímetros de mi cara, por lo que pude observar que tus flujos seguían saliendo de él, presa de una excitación desmesurada. Tú volviste a introducir mi falo en tu boca, jugando con él con cariño, por lo que yo me decidí a meter mi lengua dentro de ti. Me afané tratando de follarte con la lengua entrando dentro de ti todo lo que podía. Un dedo se acercó a tu culo apretando en tu agujero. Diste un respingo que me asustó en un principio, pero pronto comprobé que te había gustado. Me apoderé de tu clítoris y comencé a masajearlo fuerte con mi lengua, mientras intentaba introducir mi dedo índice, previamente lubricado en tu agujero anal con sorprendente éxito. A esto tu aceleraste los movimientos dando una velocidad a la mamada que yo sabía no resistiría por mucho. Y así fue como me volví a correr dentro de tu boca. Algo que te debió encantar puesto que instantáneamente volvieron a salir como una cascada los jugos de tu interior.
– No pares sigue comiéndomelo. Yo me encargo de revivir esta pollita.
Y así seguí, dándote placer con mi lengua en tu coño y dos dedos dentro de tu culo, escuchando tus ...
... gemidos bebiendo de tus jugos, mientras tú te afanabas en volver a poner tiesa mi polla. Yo pensé que sería imposible volver a estar listo en tan corto espacio de tiempo, pero tu maestría superó baches y al poco volví a estar listo.
– Ahora verás como sí sabes hacer disfrutar a una mujer también con la polla.- dijiste mientras te levantabas y bailabas juguetona.
– Bueno intentaré hacer lo que pueda pero…
– Calla chiquillo, y ya verás.
Te tumbaste encima mío y cogiste mi verga sobando con ella tu coño. Estabas excitadísima y yo muy sorprendido. Poco a poco bajaste sobre mi falo, sin prisa, disfrutando claramente con cada milímetro de mí que entraba en tu interior. Cuando estuvo entera dentro, comenzaste el consabido mete-saca con suaves movimientos. Traté de concentrarme, de impedir correrme rápido, de conseguir que al fin una mujer disfrutara de mi polla… y lo conseguí. No sé cómo pero conseguí que disfrutases a mi lado. Lentamente fuiste acelerando el ritmo moviendo tus caderas con precisión, gimiendo, arqueando la espalda y perdiendo la mirada. Yo confiado por la nueva situación, acompasé tus movimientos, en un baile diabólico que no tenía fin. Gritamos, gemimos y gozamos, yo por primera vez sabiendo no ser el único. A una vuelta me agarraste las manos entrelazando nuestros dedos, y en un cambio de ritmo bestial, un pinchazo recorrió mi columna hasta mi polla, corriéndome locamente, y sintiendo como al tiempo te llegaba a ti el orgasmo. Caíste sobre mí, y así ...