1. Me echaron la bronca ... y algo más


    Fecha: 08/12/2018, Categorías: Anal Autor: Offelia, Fuente: CuentoRelatos

    ... hasta yo, Ofelia—intervino la jefa, para mi sorpresa—.Nunca te he dicho nada, porque a mí no me molesta, pero es cierto que deberías llevar un sujetador que te apriete más o algo parecido, porque se te bambolean las tetas de una manera exagerada —la jefa miraba fijamente mis tetas mientras hablaba. Me estaba poniendo muy nerviosa.
    
    —Y chupas los bolis como si estuvieras chupando otra cosa, Ofelia—dijo Paco, lo que me sorprendió mucho, con lo recatado que es.
    
    —Mira, con la cara que pones de... cuando chupas un boli, parece que nos quieres chupar la polla a alguno, así de claro— remató Julio, y no me extrañó, porque es muy bruto.
    
    Estaba tan colorada que me parecía que iba a explotar. ¡Qué vergüenza!
    
    —También dicen mucho que huele a chumino en la oficina. Y eres la única mujer del departamento, así que tienes que ser tú. Yo no paso por allí casi nunca, ya lo sabes.
    
    —Pero... ¿qué queréis que haga?
    
    —Pues, para empezar, deberías enseñarnos qué sujetador usas. Aquí todo el mundo piensa que no llevas, que lo haces aposta.
    
    —¿Cómo no voy a llevar, con estas te... con este pecho que tengo? Claro que llevo.
    
    —Pues enséñanoslo. Si no, vamos a creer que nos estás queriendo provocar.
    
    Sin pensarlo dos veces, me levanté la camiseta. Joder, era verano, hacía calor. Llevaba un sujetador un poco fino, pero es que no tenía ganas de ponerme uno de aros enormes, que dan tanto calor. Todos me miraron fijamente, acercándose, apoyando los codos en la mesa, en un murmullo de ...
    ... aprobación, babeando literalmente. Mi jefa no quitaba la vista de encima, estaba a mi lado, alargó la mano y tocó la tela del sujetador, acariciándome una teta descaradamente.
    
    —Esto es demasiado flojo para ti, niña. Es como si no llevaras nada, con las tetas que tienes, ¿no te das cuenta, mujer? Salta un poco, ya verás cómo se te mueven.
    
    Boté sobre la silla un poco y las tetas saltaban como locas. Era verdad, no iba bien protegida, tenía razón. Nunca le había dado importancia, no pensé que se notaría tanto.
    
    —Pero bota más fuerte. Para que veas — insistió la jefa, que no me quitaba ojo.
    
    Boté más fuerte y el bamboleo de mis tetas era exagerado. Alguno de mis compañeros gimió. Les miré, atónita, con la camiseta subida, vi que tenían las manos por debajo de la mesa.
    
    La jefa se levantó, se puso detrás de mí y me quitó la camiseta. Me cogió las dos tetas entre sus manos, fuertemente. Se me pusieron los pelos de punta, no lo pude evitar.
    
    —Así, así es como debes llevar los pechos, mujer, bien sujetos, bota ahora, ya verás cómo no se te mueven tanto.
    
    Me puse a botar violentamente sobre la silla mientras ella me agarraba las tetas con fuerza, Noté cómo la mano de mis compañeros se movía debajo de la mesa. ¿Se estarían tocando la polla, los muy guarros, a mi costa? Dejé de botar, pero la jefa no apartó las manos de mis tetas.
    
    —Tienes buenas tetas, ¿eh, Ofelia? Mira, no me caben en las manos— y siguió sobándomelas sin ningún pudor, delante de mis compañeros. A mí me ...