1. HICE QUE MI MADRE CUMPLIERA MIS FANTASIAS 2DA PARTE


    Fecha: 13/12/2018, Categorías: Incesto Autor: voyeur34, Fuente: SexoSinTabues

    ... gusto. El bartender hizo su aparición. Mi madre no necesitaba la carta ni las recomendaciones. —Un Martini, con vodka, por favor. Y un vaso de leche para mi hijo. Al instante volteé hacia ella para recriminarla con la mirada. —Es solo una bromita —dijo, palmeándome la pierna—. No seas aguado, ¿no que venimos a divertirnos? —Sí, claro —me hizo sonreir, la verdad fue buena broma. Yo era apenas un adolescente mayor de edad. —Anda, pide lo que quieras, ya eres cancha reglamentaria. Otro de sus malditos dobles sentidos cachondos que hacía sin saber que me prendían más. Sí Moni, pensé ya soy cancha reglamentaria y te voy a meter un gol que vas a ver. El bartender llegó con el Martini de mi madre. —¿Y para el joven? —Una cerveza oscura solamente. Gracias. Casi de inmediato destapó la cerveza frente a mí. —Que disfruten. —Gracias —dijimos al mismo tiempo. Y vaya que voy a disfrutar, pensé mientras sorbía de mi botella después de chocarla con la copa de mi madre. —Por el buen rato en compañía de mi hijo. —Por mi hermosa madre —sus blancos dientes se asomaron por sus labios al sonreír. Sé que te encanta Moni, que te digan esas cosas —me dije—, pues hoy te vas a hartar de oír piropos hasta que tengas inundada la pepa y me dejes esos calzoncitos mojados con tu olor. Con fines narrativos y sin el afán de presumir, les diré que me sentía envidiado y al mismo tiempo me sentía honrado de estar con aquel monumento de hembra. Muchos me miraban raro. Como diciendo y ese pinche chamaco ...
    ... caguengue cuanto le pagó, o como le hizo para traer a ese bizcochote. Pero me valió madres. Yo seguía platicando con mamá y riendo, como devolviéndoselas, tomen perrooos. Viene conmigo. Y para que les ardiera más, de vez en cuando le daba palmaditas en su muslo apenas arriba de sus rodillas. De lo que mi madre no se quejaba para nada. Y se les iban los ojos a varios. Porque ahí sentada en el banco de la barra, el vestido de mi madre se alzaba a medio muslo, dejando ver sus preciosas y blancas piernas a la vista, colgando, rematadas en la punta con ese par de tacones negros que parecía la punta de la mecha que nos prendía a todos. Decidí que debía comenzar mi tarea de la noche que era cansarla mucho, mas que emborracharla. Así que Adrían, a bailar. Justo instantes después comenzó una salsa cachonda de esas que a mi madre le encantaban. —Bueno. ¿a qué vinimos? —preguntó mi madre. —A tomar y emborracharnos. —bromeé. Ella torció la boca—. Moni, es broma. Yo te traje a bailar y eso haremos así que vengase para acá chiquita. Me paré y la tome de la cintura, justito arriba de sus hermosas nalgas. Para ir calando terreno. Ella sonrió y nos dirigimos a bailar. Yo ya estaba algo entrenado así que lo general lo dominaba. Así que mi hembra no tendría de que quejarse. No hace falta que les diga que mas de 5 o 10 nos observaban relamiéndose los colmillos. Atrás lobos, atrás. Bailabamos divertidos despreocupados del mundo, de la escuela, de la oficina, de mi padre, del puto qué dirán. En algunas ...
«12...456...14»