1. El amo de Silvia (Parte 3): La reunión


    Fecha: 08/08/2017, Categorías: Hetero Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    Llegaba el momento de una importante reunión con mis principales clientes, era una posibilidad de enderezar mi vida económica, tenía nuevos proyectos y si lograba engancharlos todo iría viento en popa.
    
    Llamé a Silvia, la puse al tanto de todo y le encargué en especial el aspecto visual, la oficina debía lucir como un palacio, todo en orden, todo pulcro, un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar, y en este paquete de perfección entraba ella, le sugerí que se arreglara bien, la imagen de una secretaria puede ser la llave para abrir las puertas del éxito, o par acerrarlas definitivamente.
    
    Para la reunión me afeité al ras, me puse punta en blanco y elegí un traje color habano, uno de mis favoritos, me bañé en loción importada y podía reflejar mi rostro en el lustre de los zapatos, llegué temprano, abrí la oficina y lucía espectacular, Silvia nunca fallaba, se había quedado después de hora ultimando detalles.
    
    Ella llegó minutos más tarde, tremenda sorpresa, había tomado muy a pecho lo de estar presentable, su cabello corto lucía un sexi engominado no habitual en ella, maquillada, ojos pintados y labios carmesí, con unos largos pendientes en cuero que hacían juego con la gargantilla que yo le había colocado, parecía otra mujer, preparada para una gala.
    
    Pero eso no era nada comparado con su falda, había cortado la pollera del uniforme que originalmente casi llegaba a sus rodillas, haciéndola una mini que tapaba lo justo y necesario, ya dije que Silvia tenía ...
    ... anchas caderas, y la imagen se hacía irresistible de mirar, sus gruesos y macizos muslos desnudos hasta parecían grotescos.
    
    Ella no dijo nada, nunca decía nada, solo un tibio ‘buenos días señor Heller’ y se dirigió a su escritorio a repasar todo por última vez, me quedé como hipnotizado con mis ojos clavados en ese enorme culo, terrible y obsceno culo se cargaba, y mientras observaba llegaron a mi mente los reglazos y los dildos, lo que dio lugar a una incipiente erección contenida entre mis piernas, que solo fue interrumpida por el sonido del portero eléctrico, los clientes habían llegado.
    
    Silvia los hizo pasar, los saludó uno a uno y les dijo que yo lo estaba esperando, pude notar como ellos la miraron de arriba abajo, como yo lo había hecho, me reí para mis adentros, y me concentré en la carpeta roja que estaba sobre el escritorio, donde estaba todo el material que debía presentar, material que por supuesto mi secretaria había preparado como acostumbraba a hacerlo.
    
    Saludé cortésmente uno a uno y los invité a sentarse, cerré la puerta del despacho y Silvia quedó al otro lado, puede ver a través de los vidrios que se había dirigido a la cocinita a preparar unos ricos cafés.
    
    Nos sentamos y nos hicimos chistes típicos para romper el hielo, para descontracturarnos, incluso insinuando que yo, un tipo divorciado, de cierto dinero, me ‘tiraba’ a mi secretaria, cosa que negué rotundamente, minutos más tarde ella irrumpió delicadamente trayendo entre sus manos una bandeja de ...
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