1. El amo de Silvia (Parte 3): La reunión


    Fecha: 08/08/2017, Categorías: Hetero Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... toda depilada, en una situación tan perversa como excitante, se veía apetecible, excitante, y mientras fijaba la mirada en su sexo desnudo apretaba entre mis puños su exquisita bombacha.
    
    Me levanté, tomé nuevamente la regla jugando para que ella viera, sabía cómo seguiríamos, fui a su lado, pero esta vez la tomé por el brazo y la llevé a la parte externa de mi despacho, cerca de su escritorio, cerca de un espejo de pared que decoraba el ambiente.
    
    Como de costumbre, la hice inclinar hacia adelante, dejando su amplio y exagerado trasero hacia mi lado, pero esta vez me aseguré de poder ver su rostro reflejado en el espejo, le pregunté
    
    Sabes contar hasta diez? cierto?, bueno… quiere sentirte contar en voz alta
    
    Apoyé mi mano izquierda en su espalda, casi a la altura donde empezaba la raya de su trasero, y con la derecha, empuñando la regla le asesté un golpe terrible, con toda mi fuerza, con toda mi furia, como nunca lo había hecho, ella reaccionó con un incontrolado corcoveo, y no pudo evitar un agudo ‘aaaa’, por el castigo infligido…
    
    Miré al espejo, estaba con los ojos cerrados, y los labios temblando, apenas audible dejó escapar
    
    …. uno…
    
    No te escuché… como dijiste?
    
    …. UNO!...
    
    Por alguna extraña razón me sentí excitado como nunca, mi verga estaba dura bajo el pantalón, era una mezcla de sensaciones, su completa sumisión, sentir el poder del castigo en mi mano, la gruesa raya roja al borde del sangrado que se había hinchado en su blanca piel, la idea ...
    ... que aún me quedaban nueve disparos por ejecutar, tantas cosas que se mezclaban en ese momento en mi cabeza…
    
    Le di el segundo golpe y volvió a corcovear, incluso perdió la postura sobre sus tacos, haciendo que uno de sus pies se ladeara peligrosamente, ella apretó los puños con vehemencia y dijo ya en tono fuerte
    
    …. DOS!...
    
    Al tercer golpe de castigo empecé a mirar su rostro reflejado en el espejo, verlo fue espectacular, ella disfrutaba tanto como yo con ese castigo, las lágrimas corrían por sus mejillas, pero una sonrisa se pintaba en sus labios, era como después del dolor venía el placer.
    
    Cuando al final dijo DIEZ supe que todo había terminado, ella permaneció inmóvil esperando mis órdenes, pero yo solo fui al baño por una toalla, la mojé bajo la canilla y se la acomodé dulcemente en sus nalgas, las marcas enrojecidas estaban demasiado inflamadas, incluso algunos delgados hilos de sangre habían corrido por su piel.
    
    Silvia se contrajo como reacción al dolor, estuvimos unos minutos más en silencio, sin decir palabra, refrescándola, mientras su rostro no dejaba de regalarme esa sensación de placer por el castigo, sequé con mis dedos sus mejillas embebidas en lágrimas y luego probé su sabor salino…
    
    Solo volví a mi despacho, sin palabras, y me senté en mi silla solo para observarla a través del ventanal que nos separaba, ella solo acomodó como pudo su corta falda y trató de sentarse de la mejor manera posible, es que evidentemente a ella le dolía cada milímetro ...