Relatos eróticos esposos cómplices cap 149 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 149

... quedar. Yo te soy sincero con mis cosas, si no quieres perder todo, trátame igual, no creas qué faltan chicas como tú, qué lo harían hasta por menos.  

Yo : Está bien señor.

Calatos nos metimos a la ducha de agua caliente que nunca había probado y mientras me enjabonaba me iba revisando.

Viejo : No te a tocado ningún hombre por acá ?

Yo : No señor, usted es el primero.

Terminando nos secamos haciéndome caminar por adelante para ver moverse mis nalgas.

Calatos en la cama me chupó las tetas, el culo y la concha haciéndome revolcar de gusto y después qué yo se la chupé se puso un condón con dificultad, poniéndome en posición de misionero y mirando mis ojos me besó.

Cuando empujó yo ajuste mi concha para que no dude de mi virginidad y no logro metermela.

En la tercera oportunidad grité de dolor, sintiendo su cabeza dentro mío causandome gran dolor.

Volvió a empujar sintiéndo media verga adentro volví a gritar y ni bien me estaba calmando, con un último y fuerte empujón la tenía toda dentro de mi.

Lloré y mientras me besaba se movía cómo un salvaje dejando sus modales de lado, hasta qué soltó su leche y dándome dos últimas estocadas soltaba sus últimas gotas, poniéndose al lado mío a descansar.

El condón se lo saco lleno de leche y embarrado con sangre diciendo.

Viejo : La peineta no pudo, está es la pruebas qué yo te he roto la concha.

Yo me dije para mí misma, menos mal qué la tenía más gruesa y me ha roto por dónde mi papá no pudo ...

... romperme.

Nos volvimos a bañar y llevándome cerca de la casa se despidió de mí con un beso.

Con mis hermanos comimos bien toda ésa semana.

Después volví a mi rutina y el viejo me llevaba cada 15 días, pagandome sólo 200 explicándome el por qué.

Me volvió a pagar 500 cuando me rompió el culo y después me pagaba por cada vez que iba a su casa por un servicio completo 400

Así estuvimos por el lapso de un año en el cuál el taxista se volvió mi confidente, que me escuchaba aconsejaba y me daba una propina de 20 o 40 sin pedirme nada a cambio.

A los inicios del siguiente año el viejo habló conmigo.

Viejo : Hija, yo yá estoy viejo y a veces me canso, pero tengo que estar contigo por qué sé qué necesitas la plata 

Te gustaría hacer ésto con algunos amigos míos, cobrando lo mismo aquí en mi casa ?

Yo : Y cuántos son ellos ?

Viejo : Serán 10 más o menos y lo puedes hacer todos los días.

Yo : Todos juntos ?

Viejo : No, uno por día y pueden repetir en el mes.

Quise hacer mis cálculos, pero por mi falta de estudios no podía, pero si sabía qué era más plata y podía hacer algo más qué sólo darles de comer a mis hermanos.

Le acepté, diciéndome qué apenas tenga la respuesta me pasaría la voz. Me dejó cerca de mi casa con mi pago correspondiente.

A los tres días que volví a ver al taxista que yá sabía parte de mi vida por ser mi confidente, decidí contarle todo para saber lo que él pensaba.

Me llevó a comer helados y con calma le detallé toda mi vida y ...