Oh Susana, mi hermosa madre - Relatos Eróticos

Oh Susana, mi hermosa madre

... unos diez minutos y hablamos de lo hermoso que había sido el acto sexual cometido. Pero la noche recién empezaba. Yo tenía 24 años y estaba excitado de una manera tal que me era imposible dejar de coger. A mi juventud se sumaba el morbo extremo de saber que no solamente me estaba comiendo a una mina de 44 años, sino que esa mina estaba muy pero muy buena y además, era mi propia madre. Susana demostró que cualquier mujer frustrada lleva una puta adentro. Esa noche aprendió a liberar esa llama de deseo lujurioso. Nada mejor que el incesto para disparar semejante sexo cochino. 
-El sexo si no es cochino, no sirve, concluimos. Nada de amor bebé. En la cama seré tu puta. El incesto es lujuria y morbo o no es nada. Esto es fantástico. Cumplimos ambos nuestras fantasías hijo. Pero quiero más. La noche recién empieza, me dijo.
Me empezó a decir cosas subidas de tono al oído y agarró mi pija. Comenzó a pajearme y a los dos minutos ya estaba al palo otra vez. Me la chupó una vez mas y cuando estuvo bien empinada me dijo. Ahora cógeme bien adentro. Quiero sentir tu leche en la concha. Quedáte tranquilo que no quedaré embarazada. Tengo mis recaudos me aseveró. Entonces nos acostamos apretando como dos estudiantes en celo. Le chupé las tetas hasta aburrirme casi y le embestí estilo misionero. Eso me producía controlar la situación. Como había tenido recientemente mi primer orgasmo con la fabulosa paja turca en las tetas de mamá, podía ahora darle placer cogiéndola por varios minutos, ...

... ya que me llevaría tiempo acabar. Eso le produjo a ella mucho placer. Estuve como diez minutos meta y meta y ella gemía y gozaba. Tuvo un par de orgasmos y los dos nos decíamos al oído cosas de roja temperatura. Hablar sucio nos calentaba a los dos. En un momento dado, le acabé adentro. Salió bastante leche, a pesar de lo que había salido en el primero. Ahhhhhhhhhhhhhhhhh de satisfacción fue la prueba de que mi madre estaba contenta y conforme con mi rendimiento. 
Sacó un cigarrillo. Hablamos. Hicimos en pequeño descanso. Fuimos a la cocina por un café y algo dulce. Pasó media hora y otra vez, los dos, sedientes de sexo nos miramos y dijimos…si. Queremos más. 
Sexo oral de ambas partes en otro rico y largo 69 nos hizo ponernos cachondos. Luego, la tumbé en la cama y la empecé a masturbar y otra vez le chupé la concha. Con la pija le franeleaba la concha pero no se la metía. No lograba todavía una erección contundente como para romper el culo. Entonces le dije. Mirá….me parece que hoy ya mis fuerzas están debilitadas para hacerte la cola. Pero hay algo parecido que te va a gustar y nos va a permitir acabar a los dos una vez más. 
Estoy casi seca, queda el orto. Tengo ganas de sentir tu lecha en el ano, me respondió.
Mañana a la mañana seguro que tendré la garra suficiente para partirte al medio el ojete, ma. Ahora hay algo que vi en una porno y está bueno. Date vuelta, ponete de espaldas, haceme caso…..
Se puso de espaldas y con la pija semi-parada empecé a frotarle la ...