1. Miriam, la mujer de mi vida


    Fecha: 21/12/2018, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... se me hacía una chava increíble y muy bella. Pero la conversación subió un poco de tono porque sacó sus traumas existenciales, me dijo que jamás me podría dar hijos, o estabilidad social. Yo me saqué mucho de onda, pero trate de calmarla. Al final del día se tranquilizó y acordé con ella que era hora de vernos en persona. Ella me propuso que nos viéramos el 14 de febrero, pero yo no podía comprometerme en esa fecha porque había quedado de ver a mi novia de la facultad, así que tuve que inventarle que tenía exámenes. No obstante, ese día en la mañana me pelee con mi novia y decidimos irnos cada quien por su lado. En eso se me ocurrió marcar a Miriam y proponerle que nos viéramos. La invité al cine, pero me dijo que no podía ya que tenía mucho trabajo en su estética, yo le propuse que pasaba a verla a su trabajo sin problema, lo cual acepto. Me mando su dirección, y me fui directo a verla. Cuando salió a recibirme a la calle, me enamore a primera vista de ella. Era preciosa, y tenía una voz dulce que se difícilmente se notaba que era una persona transexual. Le entregue un ramo de flores y me invitó a pasar a su estética. Su estética estaba en su domicilio, su apartamento era grande, modesto pero con buen espacio. Allí mismo, en las plantas de arriba vivía su mamá y sus hermanas. Estuvimos platicando hasta tarde, hablábamos de las conversaciones pasadas. Le gustaron mucho sus rosas, y me lo agradeció con un rico beso en la mejilla. Ese día tenía un escote rojo, modesto, no ...
    ... exuberante, pero dejaba ver sus senos a la vista de mis ojos. Mientras ella hablaba conmigo, yo no podía despegar mis ojos de sus pechos, a simple vista eran 36c. Cuando empezó a oscurecer le dije que era hora de irme y que había sido un placer conocerla en persona. Ella me dijo que esperaba verme pronto y en eso me iba a dar un beso de despedida directo en los labios, pero voltee mi cara para que ese beso fuera a dar en mi mejilla. Sólo recuero que me dijo que era una persona mala y grosera, debido que eso no se le hace a una dama, pero yo quería que ella se guardara las ganas y que se enamorara de mí. Cuando llegué a mi casa, me marco a mi celular para saber si llegue bien a mi domicilio, era evidente que Miriam se estaba clavando. Yo la chuleaba y de le decía que era una mujer hermosa y que mi corazón era suyo. Ese mismo día me dijo que quería volver a verme y que me invitaba el sábado a su casa, me dijo que ese día iba a cerrar a las 7 de la noche y podía llegar a esa hora, que no me preocupara, que me podía quedar a dormir en su casa. Sabía que ese arroz estaba a punto de coserse. Pos supuesto que no me negué y le dije que estaría allí ese día sin falta. Tres días después el sábado llegó, había estado esperando con ansia ese momento. Ni siquiera recordaba que tenía novia. Para Miriam, yo era un chico soltero en busca del amor y eso bastaba. Me bañe, me vestí con mi mejor ropa, me puse loción. Tuve que hacer un trayecto lejano en el metro para poder verla, pero no me ...
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